Cancún, QR, 23 de septiembre. Javier Alexandro Faz Domínguez, El Texano, identificado como líder de la organización criminal Los Zetas, detenido el pasado 15 de septiembre en el poblado Rancho Viejo, aledaño a Cancún, con granadas de fragmentación y armas de grueso calibre, fue hallado muerto este miércoles colgado del cuello, en la celda 51 de la cárcel local.

El procurador estatal, Francisco Alor, informó que el cadáver de Javier Alexandro Faz tenía golpes en cuello y abdomen. Lo que nos llama la atención, porque son lesiones que no corresponden con haberse privado de la vida.

En conferencia, detalló que se trataría de una asfixia por ahorcamiento, pero presenta lesiones en el abdomen y una en el cuello, que no corresponden con la que deja la soga para colgarse.

Faz Domínguez, originario de Texas, Estados Unidos, fue detenido la mañana del 15 de septiembre junto con otras cinco personas en la comunidad Rancho Viejo. Sus propios compañeros lo señalaron como jefe de una célula vinculada con la delincuencia organizada que opera en Cancún.

Según reportes de la procuraduría de Quintana Roo, Javier Alexandro Faz y su grupo planeaban un atentado durante las festividades por el Bicentenario de la Independencia, para distraer a la policía y generar una fuga masiva en la cárcel de Cancún.

El supuesto suicidio de Faz Domínguez puso en entredicho la seguridad y el control de la cárcel pública, donde en los años recientes ha habido fugas, revueltas, nexos de directores con el narcotráfico e incluso la versión de que la ampliación del penal estuvo a cargo de empresarios ligados al cártel de Juárez.

Hace dos semanas, el gobernador Félix González Canto afirmó que el penal estaba en manos del crimen organizado. Esto después de que el director de la prisión, Alberto Rojas García, fue removido días antes porque el reo Alan Cortés Canto declaró que tras cometer un atentado contra un bar, el pasado 31 de agosto, donde murieron ocho personas, fue atendido de una herida en la enfermería del penal.

En enero pasado se publicó que la obra para la ampliación del penal estaba a cargo de Luis Carlos Carrillo Cano, hermano de dos personas vinculadas con el cártel de Juárez, de la familia Carrillo Fuentes.

La operación de la cárcel de Cancún está en manos del gobierno estatal desde febrero de 2009, luego de que el entonces alcalde, Marco Antonio Mejía, fue detenido por presuntos vínculos con la delincuencia organizada.

Entonces se determinó que internos de la prisión participaron en el asesinato del general Mauro Enrique Tello Quiñones, asesor de seguridad del gobierno municipal. Después, en la cárcel hubo un motín, al pretender trasladar a Chetumal a un líder de los reos.