Miércoles 22 de septiembre de 2010, p. 41
Con un recinto flanqueado por dos pantallas gigantes, lluvia
de papel picado negro y amarillo, y arropado con porras de militantes y simpatizantes del PRD apostados en la esquina de Donceles y Allende, fue recibido el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, quien ofreció un mensaje con motivo de su cuarto Informe de labores.
Vestido de traje negro y corbata amarilla, el mandatario capitalino se dio tiempo para saludar de mano, a diestra y siniestra, a los integrantes de diferentes organizaciones afines al partido del sol azteca, quienes en menor número que en ocasiones anteriores, se ubicaron detrás de las vallas, para lanzar consignas de apoyo.
La euforia de bienvenida se apagó apenas ingresó al recinto legislativo. En el pasillo por donde transitaron los invitados apenas se escucharon algunos abucheos, rechiflas, gritos e insultos, lo mismo para el líder nacional del PRD, Jesús Ortega, que para el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, y los panistas Mariana Gómez del Campo y Carlos Orvañanos.