Más que festejos, el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución deberían ser aprovechados para reflexionar sobre las actuales circunstancias de México y hacia dónde tendemos como país.

Así lo sostiene el flautista Horacio Franco, quien considera que detrás de esas conmemoraciones hay mucha demagogia y derroche de recursos.

El bicentenario debe ser un momento de reflexión de hacia dónde vamos como nación, que ahorita buena falta nos hace. Es necesario saber hacia dónde nos dirigimos y qué haremos con esta decadencia tremenda en la política, la sociedad, la economía, resalta.

“Sigue siendo injusta la repartición de la riqueza en este país y, en ese contexto, es muy importante que los artistas nos pongamos como bastiones y que los medios de comunicación nos abran espacios para expresar lo que pensamos y opinamos como gente que tiene injerencia no sólo artística, sino cultural, lo cual significa también social.

Por qué tiene que ser siempre Televisa la que haga una iniciativa para reivindicar lo mexicano si finalmente es demagogia, cuando nosotros los artistas tenemos una posición honesta. Debemos buscar algo que nos convenga a todos, cuando menos para reparar la injusta repartición cultural que prevalece en este país.

Horacio Franco, en entrevista con La Jornada a propósito de la aparición de su disco compacto Mestizajes novohispanos (Quindecim recordings) –que presentará con sendos conciertos en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris el 12 y el 13 de agosto, a las 20:30 horas– subraya que lo único que espera de las conmemoraciones del bicentenario y el centenario es que los recursos destinados para ello sean bien encauzados.

Espero que sí se encauce el dinero que se le está dando a cada entidad para esos festejos; que cada estado sea prudente y muy pensante en qué gastar y cómo aprovechar esos recursos, indica.

Respecto de su nuevo álbum, en el cual participan el violonchelista Asaf Kolerstein y el clavecinista Santiago Álvarez, el flautista explica que se trata de una celebración en torno de la mexicanidad, en el contexto del bicentenario de la Independencia.

Aunque podría parecer una contradicción con lo que piensa respecto de ese par de festejos; aclara que, si no emprendía algún proyecto relacionado con esas efemérides patrias, se hubiera quedado sin chamba durante todo este año.

Mestizajes novohispanos propone un exquisito viaje por el barroco alemán, italiano y francés mediante obras cuyos orígenes se remontan a la Nueva España, como algunas sarabandas, chaconas, folías y sonatas de renombrados compositores, entre ellos Bach, Corelli, Couperin, Storace y Monteclair.

De acuerdo con Horacio Franco, el repertorio de ese material discográfico da cuenta de la influencia y las aportaciones que la Nueva España tuvo e hizo a la música europea, en especial mediante la chacona y la sarabanda.

Se trata de música que se generó en estas tierras a partir de la fusión sincrética de los españoles, que trajeron consigo sus instrumentos musicales, la cultura indígena y la negritud.