Son factor de riesgo de sobrepeso e hipertensión
Existen más de 100 alteraciones del dormir
Miércoles 21 de julio de 2010, p. 2
Roncar no es normal bajo ninguna circunstancia. Por el contrario, es el principal síntoma de la apnea obstructiva del sueño, una de las dos alteraciones del dormir más importantes, las cuales afectan a casi una tercera parte de la población y representan la segunda causa de accidentes de tránsito y laborales.
Esos trastornos también son factor de riesgo de diversas enfermedades, como sobrepeso, obesidad y sus complicaciones: hipertensión arterial y afecciones cardiacas, entre otras.
Son considerados desórdenes comunes la apnea del sueño y el insomnio, condiciones que han existido siempre, pero sólo a partir de los años 60 se empezaron a estudiar y considerar enfermedades, para las cuales existe una alternativa terapéutica, explicó Reyes Haro Valencia, jefe de la Clínica de Trastornos del Sueño del Hospital General de México.
Actualmente se conocen alrededor de 100 alteraciones del sueño, pero sólo la apnea y el insomnio representan 80 por ciento del total.
A partir de las investigaciones realizadas por científicos a escala internacional y en México por los doctores René Drucker y Raúl Hernández Peón, se ha podido conocer más sobre lo que ocurre con el organismo durante las horas de sueño. De entrada, que roncar es anormal.
En entrevista, el experto comentó que el sueño es una necesidad fisiológica que se debe cumplir durante al menos siete horas cada noche, lapso en el cual el organismo se recupera físicamente, fortalece el sistema inmunológico, regula el estado de ánimo y las funciones mentales superiores (capacidad de aprendizaje, memoria).
En ese periodo también se producen diversas hormonas, como la del crecimiento. Los niños que no duermen bien tienen deficiencias en su desarrollo.
La hormona de la saciedad –reguladora del hambre– también se genera durante el sueño, pero si éste es deficiente el individuo tiende a comer más durante el día y, por tanto, a incrementar su peso corporal. Este fenómeno, a su vez, es el principal factor de riesgo para roncar.
Sin embargo, el ronquido también puede estar presente en individuos sin sobrepeso, explicó el especialista.
Haro Valencia explicó que, contrario a lo que se pensó durante años, que roncar era dormir bien, en realidad esa acción da cuenta de una alteración en el sueño de las personas, generalmente hombres, quienes sufren el síndrome de la apnea obstructiva del sueño (SAOS).
El padecimiento se caracteriza porque el individuo deja de respirar de manera normal. En los casos graves, la respiración se suspende más de 25 veces en una hora.
Durante los lapsos que la respiración se detiene bajan los niveles de oxígeno y, por tanto, el corazón late lentamente. Cuando esta reducción llega a niveles de riesgo, el cerebro lo detecta y manda la señal al organismo para que se mueva. En ese momento se acelera el ritmo cardiaco.
Una persona que no atiende su alteración del sueño con el tiempo desarrollará hipertensión arterial, y si ya tiene el padecimiento progresará más rápidamente, explicó.
El SAOS se origina por un crecimiento anormal de las estructuras que están alrededor de la garganta: campanilla, anginas y velo del paladar. Todos son tejidos blandos que, cuando la persona duerme, se relajan y obstaculizan el paso del aire –es cuando roncan–, sobre todo en las etapas de sueño profundo, del descanso físico y mental.
Así, aunque el individuo duerma ocho horas diarias, durante el día se encuentra fatigado, lento en la toma de decisiones y con la memoria afectada. Debido a la falta de información y la negación del problema, generalmente las molestias se confunden con depresión.
Ocurre entonces que acuden con algún médico que prescribe tratamiento para lo que se piensa es un trastorno mental, lo cual agrava el problema.
Otro trastorno del sueño importante es el insomnio, el cual, explicó Haro Valencia, tiene 20 manifestaciones diferentes. La más común es la de tipo primario o fisiológico, provocado por el estilo de vida de las personas; las preocupaciones, el estrés y dedicar poco tiempo al descanso.
La mayoría de los casos se resuelven con un programa de higiene de sueño. Consiste en tener horarios regulares para dormir, no desvelarse ni consumir estimulantes durante el día (refrescos y café), apagar luz, televisión y computadora, y tampoco estar pendiente del transcurrir del tiempo durante la noche, entre otros.
Se trata, detalló, de modificar los hábitos que alteran el sueño. Lo más importante es que las personas comprendan que dormir no es un desperdicio, sino una necesidad fisiológica que se debe cubrir de la mejor manera cada día.
Nuevamente por la falta de información, los afectados por el insomnio recurren a médicos que todavía recetan medicinas indicadas para el control de enfermedades mentales. Esos fármacos se utilizaron hace años para ayudar a quienes tenían dificultad para dormir porque no había otra alternativa, pero generan dependencia.
Aproximadamente 20 por ciento de los pacientes que acuden a la Clínica del Sueño tienen este problema. Entonces, comentó Haro, lo primero que se debe hacer es superar la dependencia y enseñar a los pacientes a dormir.
Actualmente los medicamentos no son la primera opción para resolver el insomnio y se sabe que los fármacos (ansiolíticos, anticonvulsivos y relajantes musculares) no resuelven el insomnio. Por el contrario, alteran el sueño profundo y quienes los consumen logran cuando mucho tener un sueño ligero.