Barcelona, 14 de julio. El capitán del Barcelona, Carles Puyol, quien aseguró que su compromiso con la furia roja terminaría en el reciente Mundial, pidió no ser convocado para el juego contra México, el 11 de agosto.

Aseguró que no se ve con fuerza mental, mientras David Villa señaló que oficialmente no sabe si participará en ese partido, pero consideró que sería muy precipitado competir en esa fecha.

Por otra parte, el club azulgrana se encuentra endeudado. No está en quiebra, aseguran sus dirigentes, pero tuvo que firmar un préstamo por 197 millones de dólares con un grupo de bancos para tener liquidez y cumplir sus compromisos económicos a corto plazo, anunció el club.

En medio de esos apuros financieros, los azulgranas lograron afianzar al técnico Josep Guardiola y extendieron su contrato por un año más. El pasado 6 de julio el conjunto catalán ya había anunciado que pediría un crédito bancario para resolver problemas de liquidez.

Hemos encontrado al club endeudado y con tensiones de tesorería, pero las estamos resolviendo, destacó Sandro Rosell, elegido en junio nuevo presidente del Barça, quien tiene como prioridad encontrar recursos y dinero en efectivo para pagar los compromisos del equipo en corto plazo.

Sin embargo, Rosell aseguró que los socios pueden estar tranquilos, el club no está en quiebra.

Barcelona ahora tendrá que desembolsar al menos 10 millones de doláres por la extensión del contrato de Guardiola. Si el club gana la Liga de Campeones, el entrenador ganará otros dos y medio millones más.