Ante las condiciones de inseguridad que prevalecen en la mayor parte del país, la Secretaría de Educación Pública (SEP) ampliará y fortalecerá la aplicación del Programa Escuela Segura (PES) en por lo menos seis entidades. Además entregará guías y materiales de apoyo a padres de familia para orientar sobre medidas de seguridad y prevenir actos de violencia en los hogares.

José Aguirre Vázquez, coordinador nacional del PES, informó que antes de que concluya el año esperamos llegar a 30 mil escuelas de educación básica en todo el territorio nacional, y destacó que entre las ciudades que requieren atención prioritaria están Reynosa, Tamaulipas; Tijuana, Baja California; Acapulco, Guerrero; Cancún, Quintana Roo; Cuernavaca, Morelos, así como diversas localidades en Sonora.

Cuestionado sobre la entrega de manuales para practicar estrategias de autoprotección en caso de balaceras en las inmediaciones de un centro escolar, aseguró que en el caso de Ciudad Juárez, Chihuahua, hay escuelas que han realizado esta actividad. En Nuevo León se publicó un documento con este tipo de orientaciones; también en Sinaloa, en algunos municipios han tenido actividades de esta naturaleza.

El funcionario de la Subsecretaría de Educación Básica consideró que practicar los mecanismos de autoprotección en el entorno escolar son reacciones humanas y naturales. Están indicadas hasta por sentido común, pues enfatizó que ha sido con el apoyo de autoridades de seguridad pública municipales, estatales y federales que se ha proporcionado capacitación y materiales para definir las acciones de vigilancia.

Estos esfuerzos, insistió, tenemos que hacerlos de la mano de quienes saben. Por esa razón seguridad pública se ha hecho cargo de estas actividades, que son de sentido común. Escuchas una detonación y te pones lo más seguro que se pueda, y esto es en todos lados ponerse pecho a tierra.

En entrevista, Aguirre Vázquez aseguró que el PES debe llegar este año a 314 municipios, con lo que se atiende a las 32 entidades del país. Nuestro objetivo es llevarlo a todos los planteles educativos con acciones transversales, como la prevención del consumo de drogas mediante la capacitación de docentes, pero también hay acciones focalizadas, aunque limitadas por los recursos disponibles.

En cuanto a las condiciones de riesgo que enfrentan las escuelas que no cuentan con bardas perimetrales ni mecanismos de seguridad, rechazó que sea un factor de mayor vulnerabilidad, pues consideró que una escuela la hace segura su gente, no los fierros.

Sin embargo, reconoció que hay que invertir en la medida que sea necesario en la instalación de cámara de seguridad, rejas o detectores de metales.

El funcionario reiteró: no creo que la falta de infraestructura sea motivo de la violencia. Sabemos que el problema somos nosotros y cómo interactuamos. Hay historias de directores que te emocionan, que en condiciones de mucha restricción se sientan a negociar con las pandillas de enfrente, las organizan para que jueguen futbol y los ayudan con lo que pueden para que a la salida no violenten a sus alumnos.