De acuerdo con la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), la determinación que tome el papa Benedicto XVI en torno a la Legión de Cristo no tendrá como base satisfacer a la opinión pública, ante la situación en que se encuentra la Iglesia católica con la revelación de casos de pederastia en diversos países, sino que irá en el sentido de la justicia y la verdad, lo cual no implica, necesariamente, que vaya a ser ligth.

En tanto, José Barba, una de las víctimas de Marcial Maciel, fundador de la legión, remarcó que no se espera gran cosa, y destacó que poner un comisario al frente de la congregación es una medida probable, pero dejó entrever que esto iría al fondo del asunto.

Quitarlo o no (a Alvaro Corcuera, superior de los legionarios) provocará diversas lecturas, y sí es probable (que sea remplazado), pero una cosa es quitar cabezas y otra adentrarse en la sicología asimilada durante décadas. Quitar cabezas, que no dije cortar cabezas, es lo más fácil, pero desestructurar la sicología en las creencias de los seguidores es lo más difícil, no basta con poner un comisario.

Manuel Corral, secretario ejecutivo de relaciones institucionales de la CEM, aseguró en entrevista que las medidas que tome el Vaticano con la Legión de Cristo no tienen por qué ser las políticamente correctas para que la Iglesia quede bien parada ante el mundo.

Si las presiones van a torcer la justicia, ya no es justicia; ninguna justicia debe dejarse presionar por las circunstancias del momento. La discusión no debe centrarse en si es una determinación dura o blanda, sino en que tiene que ser justa y apoyar a las víctimas, e incluso al aplicar este criterio puede que lo que se asuma sea más fuerte de lo que pensamos en el nivel político.

Acotó que hasta ahora todo lo que se ha dicho respecto a las medidas es especulación, y destacó que lo que se resuelva no estará listo esta semana (los cinco obispos que realizaron las auditorías se reúnen mañana y pasado en el Vaticano con el cardenal Tarcisio Bertone), porque esto no es enchílame otra y porque los tiempos de la Iglesia no son los de análisis empresariales, son definiciones que afectan el orden espiritual.

En entrevista aparte Barba refirió que dado que el silencio es un procedimiento de siglos de la Iglesia y también es parte comprensible de otros gobiernos, será el secreto lo que prevalecerá en la evaluación de lo que se determine para los legionarios. La sociedad debería ser informada, todos tenemos que serlo, pero lamento pensar que no va a ser así.

En tanto, la arquidiócesis de México dio a conocer ayer que para facilitar a la feligresía la denuncia ante la jerarquía católica de los casos de sacerdotes que hayan violado su celibato, ya sea incurriendo en pederastia o en relaciones con alguna mujer y haber procreado hijos, habilitará un correo electrónico para recibir las acusaciones.

La arquidiócesis de México ya estudia la posibilidad de demandar por difamación a Joaquín Aguilar Méndez, quien ha asegurado que fue violado por el sacerdote Nicolás Aguilar Rivera en 1994, cuando tenía 13 años de edad.

Hugo Valdemar Romero, vocero de la arquidiócesis, precisó que dado que Aguilar Méndez, a quien calificó de persona embaucadora, tramposa y deshonesta, insiste en afirmar que hubo violación, los abogados trabajan en esto.

Valdemar indicó: con mucho gusto vamos a complacer al señor Aguilar. Si tanto desea y nos reta a que se le demande, nuestros abogados analizan hacerlo tanto en México como en Estados Unidos, lo mismo que a sus inmorales abogados. No hay que perder de vista que Joaquín Aguilar cometió perjurio en California y ese delito se paga con cárcel, concluyó.