Las violaciones a los derechos humanos de los migrantes por parte de autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) son, en 85 por ciento, ocasionadas por maltrato a su dignidad, que incluye abuso verbal o contra su propiedad, inaccesibilidad al debido proceso o extorsión, señaló Juan Carlos Calleros Alarcón, investigador del Centro de Estudios Migratorios y asesor del organismo.

Durante la presentación de su obra El Instituto Nacional de Migración y los derechos humanos de los migrantes en México, convocada por el Colegio de la Frontera Norte, informó que de 2005 a 2007 analizó más de 500 quejas en contra del instituto ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en las que “se indica que la principal violación en que incurre el instituto es no respetar la dignidad de los indocumentados.

En videoconferencia desde Tijuana, Baja California, explicó que al clasificar las denuncias, creó siete criterios sobre el tipo de violación denunciada con mayor frecuencia por los migrantes indocumentados detenidos en México.

Agregó que en la escala de las siete violaciones, más de 80 por ciento de las quejas se refieren a abuso o maltrato verbal, falta de un debido proceso, atentar contra su dignidad, libertad o propiedad, así como a hechos de extorsión.

Un número menor de denuncias, afirmó, sin especificar su cantidad, se refieren a casos en los que se presentó una afectación a la seguridad del migrante, al atentar contra su integridad física o su salud, e incluso contra su vida.

Calleros Alarcón destacó que debido a que el INM es una de las instituciones públicas con el mayor número de denuncias presentadas ante la CNDH nos dimos a tarea de conocer qué estaba pasando y cómo podíamos solucionar este problema.

Sin embargo, reconoció que tras concluir su estudio en 2009 han mejorado algunas condiciones, quizá no tanto como quisiéramos, pues está descendiendo el número de denuncias, pero veo muy difícil que podamos eliminar por completo las violaciones a los derechos humanos de los migrantes.

A las condiciones de vulnerabilidad que enfrentan los indocumentados en México, señaló se suman las redes de secuestrados de migrantes que actúan con la colaboración de algunos agentes migratorios, en hechos que, apuntó, ocurren antes de que lleguen a las estaciones migratorias y del proceso de aseguramiento.

Insistió en que la mayoría de las violaciones a los derechos humanos de los migrantes, en que incurre el INM, no son tan graves, porque se clasifican en las primeras cuatro categorías y son pocos los casos donde se atenta contra su integridad física, pues en su mayoría surgen como parte de las tareas del control migratorio, que sin duda deben mejorar, concluyó.