Después de retener el cetro minimosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), por controvertido empate técnico, Rodel Mayol “hasta se fue a celebrar a un table dance”, afirma el representante de Omar Niño, Héctor García, quien no encuentra respuestas que justifiquen la decisión que tomó el réferi Vic Drakulich.

La acción fue vertiginosa: un gancho aparentemente toca la zona baja –casi a la altura del cinturón– del filipino, quien protesta y baja la guardia. Niño le envía una zurda y el réferi intenta detenerlo por la espalda. No lo consigue y el golpe manda a la lona a Mayol. Drakulich no descalifica a Niño, sólo se postra ante el asiático y lo mira consternado.

El jalisciense celebra la victoria; los jueces y el representante del CMB discuten. Poco después, Mauricio Sulaimán, representante del organismo, da conocer el fallo: la decisión del réferi es que el golpe vino después de una acción de golpe bajo. Por eso se decreta un empate técnico con una revancha directa.

Estamos ante un robo, acusa el promotor de Niño, Héctor García, no entiendo la actitud, nada que justifique lo que ocurrió, agrega, aún confundido y molesto por los hechos, porque, asegura, el reglamento no se respetó. No sólo le robaron, agrega, sino que además le arruinaron año y medio de preparación.

Todo mundo sabe que Mayol es un peleador sucio, ganó el campeonato con una trampa y así lo conserva, acusa.

En noviembre pasado, Mayol le quitó el cinturón del CMB a Édgar Sosa, luego de asestarle un cabezazo que le produjo una triple fractura en el pómulo. Sosa tuvo que seguir peleando lastimado, se lo exigieron, Mayol recibió un contacto ligero, no tenía nada. Nosotros debimos ganar, considera.

Meses antes, Mayol consiguió un empate ante el mexicano Iván Calderón, a quien también provocó una herida en la frente con un cabezazo, durante un combate por el título junior mosca de la Organización Mundial de Boxeo. Ante esos antecedentes, García duda en aceptar la posibilidad de la revancha decretada por el CMB el sábado pasado en Guadalajara. No tiene caso ir, porque nos enfrentaríamos ante eso mismo, opina.

Por ahora, adelanta, intentarán revocar el fallo y este martes entregarán una carta de solicitud ante el CMB. Dicen que con Sosa no hubo revocación, porque no hubo protesta oficial, nosotros sí vamos a hacerlo. Vamos a analizar la respuesta y después tomaremos decisiones.

Niño trata de digerir el trago amargo, cuenta el entrenador Miguel Rangel. Omar siempre ha remado contra la corriente, dice, y recuerda que en 2006 fue sancionado por la Comisión de Nevada por un presunto dopaje. Luego se le realizó otra prueba que arrojó resultado negativo. Pero el daño ya estaba hecho, lamenta Rangel.

La razón de todo –dice– es que el apoderado de Mayol es el filipino Manny Pacquiao; tiene demasiado poder, porque mueve millones de dólares. Es obvio que haya muchos intereses en juego, dice, mientras hace los últimos preparativos para volar a la ciudad de México, donde intentarán conseguir lo que perdieron sobre el cuadrilátero.