En México existe una actitud de las autoridades de regatear la reparación del daño a las víctimas de violación a los derechos humanos, al minimizarla a una indemnización económica, denunció el ombudsman capitalino Luis González Placencia. Señaló que con frecuencia esta negociación se da en los términos de que una violación leve cuesta menos y una grave cuesta más.

El presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) aseguró que en el fondo se revela el desdén a la violación de derechos y se minimiza la responsabilidad.

Yo Estado violo las garantías de alguien, después le hago un pago con el dinero de todos ustedes, y encima de todo lo regateo como si fuera mi dinero, explicó.

Durante la presentación del libro Diálogos sobre la reparación: Experiencias en el sistema Interamericano de Derechos Humanos, de Carlos Martín Beristain, subrayó el esfuerzo de la CDHDF por alejarse de la visión de la indemnización económica en la reparación del daño:

Se hace trabajo con las víctimas para que vivan lo que implica una disculpa pública de las autoridades responsables frente a un auditorio, lo que significa que se coloque el nombre en una plaza pública o en una calle como efecto de esta reparación.

En este contexto, Luis González Placencia afirmó que en la ciudad de México no se ha aceptado de buena forma esta visión amplia de la reparación y puso de ejemplo la reciente reforma a la Ley de Responsabilidad Patrimonial del Distrito Federal, que limita las posibilidades de la comisión para solicitar reparaciones, al regresar a la visión estrecha de la indemnización.

Sostuvo que por la naturaleza del trabajo de los organismo públicos de derechos humanos, en la mayoría de las entidades dicha labor se agota en la recomendación.

Hacemos la investigación, la denuncia y la eecomendación. Si no hay condiciones para dar un seguimiento, lo que sucede con ese exhorto carece de todo sentido para la víctima, apuntó.

Explicó que la institución que encabeza cuenta con la dirección ejecutiva de seguimiento para verificar el cumplimiento efectivo de las recomendaciones. Desafortunadamente, dijo, hay un número muy importante de exhortos que no han sido efectivamente cumplidos.

Llamó a construir modelos que permitan restaurar en un sentido amplio el daño a las víctimas.

Una violación a los derechos es trascendente porque genera ruptura en el sentido de comunidad y vínculos sociales, señaló.