ace 100 años, un mes de febrero como el que hoy concluye, tuvieron lugar los nefastos acontecimientos que han pasado a la historia como la Decena Trágica. En 10 días se consumó la traición contra el presidente Francisco I. Madero, cubriendo a la ciudad de México de temor y sangre. Centro de los acontecimientos fueron la Ciudadela, antigua fábrica de tabaco convertida después de la Independencia en fortaleza, donde se atrincheraron los traidores, y el Zócalo, sede del Palacio Nacional.
Los hechos comenzaron con el ataque a Palacio encabezado por los generales porfiristas Manuel Mondragón y Bernardo Reyes, quien falleció en el intento, quedando muerto en el Zócalo. A lo largo de 10 días se sucedieron innumerables ataques contra el recinto presidencial, que costaron decenas de vidas a ambos bandos y a la población civil. La felonía concluyó con el arresto y cobarde asesinato de Madero y del vicepresidente José María Pino Suárez.
Estos son algunos de los incidentes que han sucedido en la Plaza Mayor de México, popularmente conocida como el Zócalo y que han marcado la historia de nuestro país desde la época prehispánica. La plaza mayor, centro del corazón de la ciudad, ha sido desde su nacimiento sede del poder político, religioso y económico y lugar de reunión de la población, sea por júbilo o descontento.
La traza de la gran plaza española, prácticamente siguió la de la metrópoli azteca. Sobre las ruinas de los templos y palacios erigieron la ciudad virreinal.
En lo que había sido el palacio del emperador Moctezuma se erigió la sede del poder español; el palacio de los virreyes, que por un tiempo funcionó en las inmensas casas nuevas
de Cortés, en lo que ahora es el Monte de Piedad.
La primera catedral se edificó alrededor de 1550, sustituyéndose casi un siglo más tarde con la que vendría a ser la actual, que ha tenido múltiples modificaciones. En el siglo XVIII se le construyó el bello Sagrario en estilo barroco.
Frente a la catedral se edificaron las Casas del Cabildo, importante institución, que reguló y registró la vida cotidiana de la capital. Ahora es la sede del gobierno de la ciudad. A un costado se estableció el Portal de Mercaderes, que continúa vivo.
La historia de la Plaza Mayor de México, refleja en muchos sentidos la del país entero. Ha padecido motines, inundaciones, incendios, reconstrucciones. Ha sido la sede de los festejos más importantes y de grandes tragedias. Ha sido el espacio del pueblo de México, el sitio en donde se celebra con júbilo y se manifiestan inconformidades. Es un espacio venerable, emblemático, sagrado en el más amplio sentido de la palabra.
Desafortunadamente en los años recientes se ha vuelto salón de usos múltiples
, ya que el noble espacio se invade con pistas de hielo, exposiciones, carpas, toboganes, concursos, ferias de esto y de lo otro, ocasionando daños severos al patrimonio tangible e intangible, además de que impiden apreciar los monumentos que rodean la plaza que guardan nuestra historia.
Lo que ahora se está construyendo es inconcebible: una elevadas estructuras pintadas de rojo que invaden la mayor parte de la plaza. Se ha informado que va a ser una exposición fotográfica y de video, que no dudamos que sea muy valiosa, pero que se debería montar en Chapultepec o en algún otro de los espacios abiertos que tiene la ciudad.
De verdad es una lástima, ya que se han realizado obras extraordinarias para revitalizar el Centro Histórico, que ya hemos comentado, y con estas acciones en el Zócalo se demeritan esos esfuerzos. En fin, vamos a lo positivo que es comer sabroso. Como vamos a darnos una vuelta en las ferias del libro, tanto la del Palacio de Minería como la del Libro de Ocasión, que se celebra en la mansión porfirista ubicada en Tacuba 15, aprovechemos para comer en La Ópera, la hermosa cantina situada en Cinco de Mayo número 10. Aquí no perdono los caracolitos en una rica salsa picosita, la fabada y el chamorro a la gallega.
