Imposible cerrar fronteras
a la revolución tecnológica: Pogolotti
Lunes 15 de febrero de 2010, p. 32
La Habana, 14 de febrero. Una reconocida intelectual cubana pidió hoy abrir el flujo de la información y la crítica en Cuba, como parte de un diálogo sin prejuicios con la nueva generación que ha crecido a partir de la crisis de la década pasada.
Graziella Pogolotti, profesora universitaria de 79 años, Premio Nacional de Literatura, crítica de arte y partidaria del gobierno, autora entre otras obras de una recopilación sobre las polémicas en la isla de los años 60, dijo que es imposible cerrar fronteras
a la revolución tecnológica y que el debate ideológico tiene que basarse en una información de amplio horizonte, veraz y creíble
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En un artículo en Juventud Rebelde, el diario de la Unión de Jóvenes Comunistas, la investigadora dijo que el espíritu crítico no debe identificarse mecánicamente con posiciones contrarrevolucionarias. En muchos casos está orientado a mejorar lo existente. Aun cuando provenga del error o de falta de información, debe atenderse de manera desprejuiciada
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Pogolotti reclamó que la información de los medios cubanos sobre temas nacionales ventile y critique fenómenos como la desidia, la incompetencia, la corrupción y el soborno a los funcionarios públicos
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El ciudadano de a pie y sobre todo el sector juvenil perciben con fuerza las dificultades de la vida cotidiana y advierten también, en lo más concreto de la inmediatez, aquellas que derivan de nuestras propias insuficiencias
, agregó.
Sobre la información internacional, criticó que los medios cubanos la reduzcan a algunos aspectos de cuanto sucede en Estados Unidos y a lo que transcurre en los países que son nuestros aliados más cercanos
(como China, Venezuela, Bolivia o Nicaragua).
Convino en que Granma, el órgano del Partido Comunista, se ajuste a la política exterior oficial, pero otros espacios pueden atender cuestiones críticas en territorios que mantienen con Cuba buenas relaciones diplomáticas y comerciales
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La especialista recordó que los jóvenes cubanos de hoy son los hijos del periodo especial (la crisis de los 90). Conocieron de cerca la penuria material, el aumento de las desigualdades, el deterioro de la educación, la crisis de los modelos de conducta en el entorno familiar y en el medio social a su alcance, el quebrantamiento de las expectativas de porvenir forjadas por la revolución
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Ante la incertidumbre respecto al futuro, prevalece el interés por disfrutar a plenitud el presente. Para muchos, la difícil situación de la vivienda constituye un obstáculo objetivo para consolidar un hogar propio estable
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