Puebla, Pue., 14 de febrero. En partido de muchos goles, volteretas, errores y mucha emoción, Pachuca venció 5-3 a unos Camoteros, que no han podido regalar una victoria a su público y que se hunden en el grupo dos que encabeza el conjunto hidalguense.

Puebla buscó olvidarse de los problemas con su directiva y, alentado por el técnico José Luis Sánchez Solá, se concentró en el marco contrario. Sin embargo, la defensiva cometió descuidos, sobre todo hacia el final, los cuales derivaron en otro doloroso revés.

Tras algunas aproximaciones hacia ambas porterías, a los 25 minutos empezó la feria de anotaciones, cuando Gilberto Mora mandó un servicio desde el corredor del área por la izquierda al primer poste, donde se anticipó el uruguayo naturalizado mexicano Alvaro Bola González, para rematar con la cabeza y mandar el balón contra las redes, lejos de la posición de Miguel Calero.

Los Tuzos igualaron los cartones en el primer avance tras reanudarse el duelo: Ulises Mendívil recibió el balón fuera del área y se adelantó varios metros ante la marca complaciente de Joaquín Velázquez, para cruzar su tiro raso a la derecha del arquero local y silenciar al estadio con el 1-1.

El primer tiempo continuó entretenido, con llegadas de peligro sobre ambos marcos, pero Pachuca dio la voltereta al minuto 33, en un pase filtrado del argentino Damián Manso para su compatriota Damián Álvarez, quien batió al portero Jorge Villalpando, tras puntear por abajo el esférico que puso el 1-2.

El conjunto de la franja luchó por el empate y lo logró poco antes de irse al descanso, cuando Carlos Ruiz se anticipó a la lenta salida de Miguel Calero; el guatemalteco logró rematar con la cabeza y la celebración volvió a inundar el graderío. Era el 2-2.

En la reanudación, los Camoteros aumentaron su cuenta para dotar de momentánea ilusión a sus seguidores (3-2), pues al minuto 58 el uruguayo Marcelo Palou obsequió una estampa con un golazo de tiro libre que penetró por el ángulo superior izquierdo. Un trallazo que ni Calero en sus mejores días habría atajado.

El problema para Puebla, como sucedió cuando tomó la primera ventaja en el partido, fue que no supo manejar el encuentro y enfrentar a un equipo con atacantes peligrosos y embalados resultó clave para el rumbo que tomó el choque.

Ulises Mendívil fue más rápido en reacción que el zaguero central Joaquín Velázquez y que el arquero Villalpando, quien había rechazado en corto un disparo de Damián Álvarez. El oriundo de Baja California robó el esférico e impuso nuevo empate: ahora 3-3.

El Bola González tuvo casi de inmediato una falla que pesó en el resultado, porque sin marca frente a Calero, en un centro desde la izquierda conectó con la cabeza y después el hombro derecho para que el cancerbero tuzo enviara el balón por arriba.

El mediocampista José Francisco Gringo Torres, de regreso tras una lesión, adelantó al Pachuca 4-3 en otro cobro de tiro directo que se incrustó a la izquierda del portero Villalpando. los Camoteros buscaron a toda costa el empate, se fueron al ataque pero cometieron nuevos descuidos.

Fue en tiempo de reposición cuando se clarificó el panorama para los visitantes y se consumó una derrota más para los dirigidos por el carismático Chelís, cuando el argentino Darío Cvitanich envió el esférico a la meta tras un rebote, para el 5-3.

Francisco Chacón Gutiérrez fue el silbante del partido, cuya labor fue buena. Amonestó a Luis Miguel Noriega, por los anfitriones, y por la visita al argentino Javier Muñoz Mustafá y Carlos Gerardo Rodríguez.

Luego de la derrota, el Chelís comentó: Mis jugadores se siguen matando, pero se demuestra que eso no es todo, lo que presentamos es poquito y no nos alcanza para ganar.

Y agregó: No podemos pelear con la situación de que dos veces vamos arriba en el marcador y nos dan la vuelta; metemos tres pero nos hacen cinco. Es lo que yo veo... jugamos bien gran parte del partido pero necesitamos cariño, amor, honestidad hacia el equipo para revertir este mal paso.

Reconoció que Villalpando pecó de inmaduro al enfrentar con altanería los reclamos de la tribuna. Sin embargo, también los problemas en la directiva afectan y la comparó con una mesa de tres patas propensa a perder el equilibro, no es justificación, pero sí afecta al equipo.