Berlín, 11 de febrero. Con voz profunda y suave, como de chamán, el legendario director de cine alemán, Werner Herzog, dio el banderazo de inicio al 60 Festival de Cine de Berlín, donde afirmó que no se puede definir con precisión qué hace que una película sea buena o no. Eso seguirá siendo un acertijo, un misterio, como cuando se lee una poesía que no se sabe qué es lo que le da profundidad.

Herzog preside el jurado que decidirá la asignación de los Osos de Oro y de Plata, los galardones por los que compiten una veintena de películas de países tan diversos, como China, Somalia, Estados Unidos, España, Alemania, Argentina e Italia.

Proveniente de la generación de anarquistas y actualmente una de las personalidades más relevantes del llamado nuevo cine alemán, Herzog destacó que la Berlinale es una importante plataforma para jóvenes directores y recordó a la peruana Claudia Llosa, sobrina del escritor Mario Vargas Llosa, quien ganó el Oso de Oro en la pasada edición con su película La teta asustada. Me pareció algo extraordinario: yo estaba en Perú y fui testigo del eco que provocó el premio en el país andino, dijo.

Respaldo para debutantes

El director, productor y guionista muniqués recordó que también para él el festival supuso un importante respaldo en el inicio de su carrera hace 42 años, cuando presentó su primer largometraje Lebenzeichen (Señales de vida), a la edad de 25 años.

En esta edición debuta la argentina Natalia Smirnoff con Rompecabezas, única cinta latinoamericana –con coproducción francesa– en competencia.

Se entiende que el festival va de la mano con cineastas reconocidos, como Scorsese, Polanski y Winterbottom, señaló el autor de Fitzcarraldo (1982) y Grizzly Man (2005), y añadió que ya hay sorpresas extraordinarias. Hay mucho peso, y es que éste no es un festival de principiantes.

Mientras el laureado cineasta Martin Scorsese presenta su cinta más reciente Shutter Island (fuera de competencia), thriller estelarizado por Leonardo DiCaprio, con gran expectación se aguarda la exhibición este viernes de The Ghost Writer, thriller político de Roman Polanski, quien no acudirá por encontrarse bajo arresto domiciliario en su residencia suiza. Sin embargo, se espera a los actores que integran el reparto: Ewan McGregor, Kim Catrall, Olivia Williams y Pierce Brosnan.

Herzog, de 67 años, a quien no le gustan las etiquetas, afirma que no debe preocupar demasiado cuando una película tiene una tibia acogida inicial. “Eso me pasó a mí cuando fue exhibida Aguirre, la ira de Dios, nadie quería verla, pero después ha sido exhibida constantemente”, señaló. Una buena película tiene una larga vida, no se consume de manera espontánea.

Herzog afirmó que nunca ha trabajado en el sistema de Hollywood, pese a que reconoce estar casado con la ciudad de Los Ángeles, donde reside actualmente. Hollywood está tomando un nuevo curso que se acerca más a mi estilo, eso se debe a que ha sufrido un déficit en el relato de historias. El cineasta calificó los efectos especiales como un logro extraordinario de la ingenuidad humana, es un grandioso instrumento que nos hace soñar, pero se declaró firme partidario del celuloide, que tiene mayor calidad visual que la resolución digital”.

Avanza el cine en AL

Por su parte, el productor español José María Morales, otro de los siete integrantes del jurado, afirmó que durante los 25 años que lleva asistiendo al festival ha sido testigo de un desarrollo espectacular en la producción de cine latinoamericano: se ha convertido en una de las cinematografías más interesantes del mundo, dijo el coproductor de la La teta asustada y, junto con Arturo Ripstein, de El crimen del padre Amaro.

Morales advirtió que la crisis económica en España ha provocado que la gente acuda más a las salas de cine; subrayó que el cine español es muy diverso y que está en un momento muy interesante y creativo.

La Berlinale celebra un aniversario redondo por todo lo alto con un vasto y ambicioso programa que promete una lluvia de más de 400 películas de distintos géneros provenientes de 139 países repartidas en 11 categorías.

Con gélidas temperaturas y una nieve que no cede desde hace semanas, Berlín ha dado acogida a un ejército de directores, productores, periodistas, críticos, agentes y estrellas de mayor y menor tamaño que añaden glamur y mucho brillo a uno de los festivales de cine más renombrados del mundo.