Las imágenes del terremoto que devastó Haití afectaron al boxeador Édgar Sosa. Las primeras escenas del caos y la desolación lo conmovieron profundamente porque se sintió ligado íntimamente a esa tragedia. El ex campeón había peleado dos veces en ese país y su apoderado, Jacques Deschamps, vive en Puerto Príncipe, quien se encuentra a salvo.

Movido por un fuerte compromiso, ahora busca ayuda para los damnificados, convencido de que las figuras públicas tienen una responsabilidad con los demás.

La fama debe ser útil para los otros –dice Sosa–, no sirve de nada si sólo se usa para beneficio personal. Es como devolver algo a la gente. Al principio sintió impotencia al presenciar los primeros reportes, luego pensó en comprar víveres y donarlos, pero después se dio cuenta de que podía apelar a su condición de ídolo deportivo y convocar a una colecta para el pueblo hatiano, en el gimnasio Díaz Mirón, donde creció como boxeador y se forjó como campeón.

Alguien conocido quizá puede mover un poco más la solidaridad de las personas. Además, los mexicanos tenemos una historia que nos hace solidarios con la tragedia, refiere sobre el terremoto de 1985 en la ciudad de México.

Nosotros pasamos por lo mismo, creo que todos tenemos que hacer algo; es como devolver un poco también, señala.

Sosa se siente comprometido y este sábado estará de 9 a 12 horas en el gimnasio Díaz Mirón, sobre el camellón de Eduardo Molina, frente a la preparatoria 3 de la UNAM, para acopiar víveres para los damnificados de Haití, donde regalará gorras y fotografías.