Cuando regresó del Campeonato Mundial de Atletismo, Éder Sánchez manifestó su deseo de que la medalla de bronce que ganó significara el primer paso hacia la recuperación de la marcha mexicana.

Ahora, a dos días de viajar a Australia para realizar un campamento de preparación, se mostró preocupado por la falta de progreso en los diferentes grupos en manos de entrenadores que, afirmó, están más afligidos por el presupuesto, que por ubicar a sus pupilos en el nivel que exige la competencia mundial.

El andarín señaló que la obligación de asistir al selectivo de Dolores Hidalgo, el 27 de febrero, le impedirá competir en la prueba inicial contable para el Challenge mundial de marcha, en el que defiende el título que ganó en 2009, pero aunque será una bala perdida y voy a entrar por puro compromiso, debe respetar las reglas de calificación a los Juegos Centroamericanos, uno de los objetivos de este año, además de la Copa Mundial de Chihuahua.

Hay entrenadores que saben su trabajo, pero otros quieren seguir haciendo lo de 2009, y los resultados serán los mismos de los años anteriores. No tienen ninguna progresión, expresó el marchista, quien consideró que en todos los deportes es necesario actualizar los sistemas de entrenamiento.

Mientras algunos andarines realizarán el tradicional campamento de altura en Bolivia, el equipo de Sánchez, conformado por los también seleccionados David Mejía y Adrián Herrera, así como por el masajista Jesús Martínez, el doctor Héctor Aguilar, y su entrenador y padre, Víctor Sánchez, viajará el lunes a Australia para establecerse durante febrero en Canberra, lo cual, aseguró el medallista mundial, significa prepararse en los más altos niveles.

“Busco estar tal vez con el campeón olímpico, entrenar con él, con los australianos, que son un equipo fuerte, pegarme a ellos y ver qué están haciendo para evolucionar un poquito más. En cambio, si uno compite contra sí mismo, es difícil que se dé un buen resultado.

Trabajar los sistemas energéticos en cada atleta es algo muy importante, pero a algunos entrenadores nada más les interesa ir a Bolivia y hacer 200 kilómetros por semana, cuando ya no es necesario, si con 100 bien aplicados puedes lograr mejor rendimiento, porque el cuerpo está más recuperado y mejor entrenado, afirmó.

La preparación, dijo, es “el punto clave para la marcha mexicana. El problema es que no hay comunicación entre entrenadores; todos quieren ganar y nadie se deja ayudar. A veces sienten que saben todo, y no es así.

“El primer punto para que la marcha vuelva a su sitio es saber qué necesita el atleta, pero hay unos que nada más quieren estar viajando, y no se trata de eso ni de estar pidiendo a la Conade (Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte) 30 mil dólares para un campamento, si de todas maneras, aunque te den un millón, no vas a ganar una presea.

En mi caso, trato de pedir lo que es, lo justo. Si me voy a gastar 10 mil dólares en Australia, pido eso, regreso, compito y me va bien.

Para los Centroamericanos avizoró una competencia no tan peleada como un campeonato del mundo, pero hay un rival fuerte, (el colombiano) Luis López, quien fue sexto puesto mundial, pero lo derrotó en los JC anteriores y también en los olímpicos. De él siempre hay que esperar una buena pelea, puntualizó.