Mientras el mediocampista Israel López consideró que Cruz Azul está obligado a disputar nuevamente la final, como mínimo, su ahora compañero Christian Giménez piensa que no podemos empezar a hablar hoy, y a lo único que se compromete es a ofrecer su mejor esfuerzo.

Después de que la directiva (encabezada por Guillermo Álvarez Cuevas) presentó ayer oficialmente a sus refuerzos para el siguiente torneo (López, Giménez, Edcarlos Conceiçao y Maximiliano Biancucchi), Israel comentó que saben de la necesidad del club; el compromiso de dar día a día el máximo lo tenemos todos, cada encuentro, cada semana. Nos hemos planteado metas a corto y largo plazos; el mismo trabajo dará los resultados.

–¿Promete este Cruz Azul? –se le cuestionó en la rueda de prensa que se llevó a cabo en las instalaciones de La Noria.

–Mínimo tenemos que hacer lo mismo que el torneo pasado; cada uno debe poner un extra, con la idea de, como siempre, tener a Cruz Azul en lo más alto.

Cuando tocó el turno a El Chaco Giménez, se le preguntó si también la exigencia mínima era llegar a la final en el torneo Bicentenario, y señaló: Hoy yo puedo hablar de muchas cosas, pero después hay que demostrarlo en el entrenamiento, en la cancha. Lo único que nosotros tenemos que asumir es la responsabilidad de trabajar, de mejorar y, a medida que vayan pasando los partidos, veremos para qué estamos.

No le extraña que a los Cementeros los señalen como favoritos al título, pues así ha sido siempre por su historia. Y la presión que ejerce todo mundo en este club la considera un buen reto.

–¿La directiva les pide o exige el título?

–No, no es algo que la directiva pida o exija, sino para cada integrante del plantel es el reto más importante. Sabemos que tanto en la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Futbol como en el torneo local tenemos que ser protagonistas.

Calificó de un paso importante en su carrera haber llegado a La Máquina, y lo más importante en este momento es tratar de aportar. Siempre pienso en el grupo, en el cuerpo técnico, en la gente que confió en uno, y tratar de retribuir esa confianza que me han dado.

El argentino admitió que ha cambiado en estos cinco años que lleva en nuestro país. Llegué a los 23 años y ahora tengo 28; quizá mi forma de juego ha cambiado bastante también. Me he tranquilizado. En el América cada vez que me tocaba jugar lo hacía acelerado y eso a veces me perjudicaba. Pero hoy he madurado mucho, estoy bien de la cabeza, y lo más importante es eso, comentó.