El poeta fue reconocido con dos de los premios más relevantes: el Reina Sofía y el Cervantes
En abril recibirá el llamado Nobel del español
en gala que presidirá el rey Juan Carlos I
Lunes 28 de diciembre de 2009, p. 9
El año 2009 fue sin duda de consagración internacional para uno de los escritores mexicanos contemporáneos más importantes y más queridos por lectores de todas las generaciones: José Emilio Pacheco. Su figura y obra fueron reconocidos este año con dos de los galardones más relevantes a escala internacional: el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y el Cervantes de las Letras.
Su obra sigue creciendo: la editorial Era acaba de publicar sus libros Como la lluvia y La edad de las tinieblas, que también están incluidos en el volumen Tarde o temprano (Poemas, 1958-2009), que editó el Fondo de Cultura Económica. Toda su poesía, en verso y prosa, publicada en 773 páginas (a las que hay que sumar los apartados Ediciones originales, Índice alfabético de títulos de poemas e Índice general. En total la edición consta de 838 páginas).
Toda esta poesía, palabras revisadas una y otra vez, explica por qué José Emilio está cerca de todos sus lectores: su lenguaje sencillo; ideas claras, que abrazan y abrasan; cero complicaciones; muchas lecturas; muchos finales, tantos como lectores, tantos como palabras.
Se acerca aún más con su narrativa: La sangre de Medusa, El viento distante, Morirás lejos, El principio del placer, Tarde de agosto y, por supuesto, Las batallas en el desierto, el libro que los adolescentes cargan bajo el brazo como acto de rebeldía justificada.
Al poeta y traductor también se le estudia. Son numerosos los ensayos que tratan de desentrañar su trabajo, que pretenden revelar el misterio de su escritura, de su poesía, de su ficción, que ha llegado a más público por medio del cine y la música: Café Tacvba hizo canción Las batallas en el desierto (con el nombre nada más de Las batallas); al cine llegó la adaptación de esa misma novela con el nombre de Mariana, Mariana.
Todo este año, José Emilio no ha parado: un homenaje nacional por su cumpleaños 70, el premio Reina Sofía, y ahora el Cervantes, cuyo fallo se dio a conocer en la pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Un día antes había anunciado que se dedicaría a descansar después de todo el ajetreo que lo llevó del tingo al tango en presentaciones, conferencias de prensa, llamadas telefónicas, viajes y lecturas de poesía.
También se había autodescartado como premio Cervantes y como Nobel de Literatura. Unas horas después le concedían el primer galardón porque el jurado lo definió “como el idioma entero. Poeta excepcional de la vida cotidiana, con profundidad y libertad en sus pensamientos, con capacidad para crear un mundo propio, un distanciamiento irónico de la realidad cuando es necesario y con uso lingüístico como el de la ‘ñ’, que es impecable” (en referencia a su poema Defensa de la ñ).
El día del fallo, el lunes 30 de noviembre, decenas de periodistas esperaban al escritor en uno de los salones del recinto, mientras otros hacían guardia en el vestíbulo del hotel donde se hospedaba el traductor y hasta donde llegaron sus amigos a felicitarlo. La conferencia de prensa se retrasó, pero después, José Emilio compensó con creces la demora: compartió con los medios casi 60 minutos de charla.
También tuvo un encuentro con jóvenes (más de mil) y en varias ocasiones caminó los pasillos de la feria tratando de pasar desapercibido, sin lograrlo: lo detenían, le pedían autógrafos o le entregaban libros para que les echara una ojeada. Caminaba acompañado de su esposa, Cristina.
José Emilio también dio una probadita de su trabajo como traductor al ofrecer una lectura de su libro inédito Aproximaciones, en el que trae al castellano obra de poetas de otras lenguas.
(Dato curioso: ha traducido también cuentos clásicos como Aladino y la lámpara maravillosa, El valiente soldadito de plomo, Almendrita, La bella durmiente, La bella y la bestia, La cenicienta y Los cisnes salvajes, de acuerdo con la página oficial del Premio Cervantes.)
Fue en esa lectura donde José Emilio Pacheco se despidió: al menos por un tiempo
, dijo, no hará apariciones públicas.
Este es el mejor momento para empaparse de su obra antes de que llegue de nuevo la vorágine, en abril próximo: el día 23 de ese mes José Emilio recibirá el Premio Cervantes en una ceremonia que presidirá el rey Juan Carlos I, en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares.