Ayer se estrenó en salas comerciales de México el documental Los que se quedan, de Juan Carlos Rulfo y Carlos Hagerman, que primero se presentó en el pasado Festival Internacional de Cine en Guadalajara y donde obtuvo el Mayahuel como el mejor trabajo en su categoría. Sobre este retrato de la nostalgia, de la espera, de la identidad, de la memoria; una exploración sobre la cotidianidad de la ausencia que genera la migración, Juan Carlos Rulfo dijo: “La película no es cruda, se hizo con el ánimo de no repetir lo que se hace siempre sobre la migración: la noticia dura que habla del cruce en la frontera, de la trágica suerte que tienen, de los abusos, de la manipulación del pollero, del dinero que envían. Esta cinta aborda la desintegración familiar, porque todos tenemos un hermano o primo o conocemos a alguien que se fue a Estados Unidos”.

Además agregó: Hay que precisar que la película no debe verse como tragedia; sólo es una realidad, es la vida cotidiana. La migración tiene que ver con todo el mundo. Cuando un familiar está ausente todos los días nos levantamos con la esperanza, la ilusión, de verlo. Podremos ir a la escuela, tener a nuestros hijos, pero siempre hay algo que nos falta, eso que se nos fue. Hay una sensación de vacío, de nostalgia. Es un reflejo de México, el país está triste.

En este recorrido, precisó Juan Carlos Rulfo, lo que descubrimos es que desconocemos nuestro país y su realidad, no conocemos realmente el corazón de la gente, sonará así de cursi, pero no nos damos el tiempo de conocerlos. También descubrimos que la familia mexicana es muy sólida y se compacta cuando algún miembro emigra; es la única manera de salir adelante.

Fotograma de Los que se quedan, de Juan Carlos Rulfo y Carlos Hagerman

Sentimientos legítimos

Por su parte Carlos Hagerman mencionó en entrevista realizada el pasado miércoles en la ciudad de Los Ángeles, donde se proyectó Los que se quedan, enlazando la ciudad angelina con la ciudad de Morelia, Michoacán, declaró emocionado por la proyección: A los participantes en el documental nunca les delineamos cómo deberían actuar. Los dejamos que fueran ellos mismos. Queríamos platicar una historia real que pueda crear esos puentes en donde podamos conocernos no sólo como mexicanos dentro de México y fuera, sino que se conozca lo que siente una familia.

Retratar el día a día: Hagerman

Hagerman apreció que: La cinta es muy tierna y muy bonita. Aunque trata sobre la migración a Estados Unidos, creo que a todas las familias del mundo les hace falta alguien, se sienten incompletas. Cuando se festeja algo recordamos a ese familiar, lo mismo que cuando se vive un momento difícil, triste. Ésa fue un poco la apuesta de esta película: retratar el día a día de nueve familias, de seis estados diferentes, a las que les hace falta alguien. Intentamos que esa ausencia se sintiera en la pantalla.

Además dijo que: Las familias que participaron fueron seleccionadas de distintos puntos del país para crear la sensación de hacer un recorrido por el territorio nacional.