Señala que se han creado las condiciones para la privatización de la industria eléctrica
fracturar sindicatos
Viernes 16 de octubre de 2009, p. 17
Nueva York, 15 de octubre. El presidente de la central obrera AFL-CIO condenó la acción unilateral de las autoridades mexicanas que destruye al Sindicato Mexicano de Electricistas y los derechos gremiales de los trabajadores de Luz y Fuerza del Centro (LFC)
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A nombre de más de 11 millones de agremiados en Estados Unidos, repudió este acto de rompimiento de sindicatos
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Richard Trumka, nuevo presidente de la central obrera más importante del país, expresó que el AFL-CIO apoya las demandas del SME de revocar la liquidación decretada por el gobierno, finalizar la ocupación de las plantas y realizar negociaciones de buena fe entre autoridades y sindicato.
Alertó que se han creado las condiciones para eliminar LFC y la posibilidad de una fusión de las instalaciones y bienes de la empresa con la Comisión Federal de Electricidad, con el propósito de vender el paquete completo a una empresa privada
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El SME, añadió, ha sido una fuerza democrática en el país en oposición a las políticas económicas del presidente Felipe Calderón y los planes del gobierno de privatizar la industria eléctrica
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Trumka señaló que hay antecedentes de esas medidas unilaterales. Lamentablemente, el gobierno mexicano usó acciones similares de intervención y represión contra el sindicato minero.
Al igual que con los trabajadores del SME, expresó, la central obrera mantiene su solidaridad con los mineros, apoyando sus justas demandas por el reconocimiento y la restauración de su liderazgo democráticamente electo, incluyendo el secretario general, Napoleón Gómez Urrutia, y el fin inmediato a la represión gubernamental contra su sindicato
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Fuentes de las organizaciones gremiales nacionales informaron a La Jornada que se estudian formas de repudiar esta acción aquí y a escala internacional.
Añadieron que con un gobierno demócrata en la Casa Blanca, el de Barack Obama, con amplias y firmes relaciones con el mundo sindical, se consultará a los más altos niveles para promover una respuesta a lo que se percibe como una acción gubernamental para destruir al SME y violar las normas laborales internacionales.
Algunos gemios señalan que la liquidación de LFC se agrega a lo que parece ser una tónica en la política del gobierno mexicano para debilitar y atropellar a los sindicatos, incluyendo la violación a su autonomía.
Sindicatos como el de los trabajadores electricistas estadunidenses han llamado a sus filas y aliados a movilizar el apoyo en el país. Otros, como el de empresas de servicios públicos –Utility Workers of America–, señalan que lo que sucede en México en este sector afecta a las contrapartes aquí, ya que los intereses empresariales son los mismos en ambos lados de la frontera.