En respuesta al anuncio de la desaparición del Ballet Teatro del Espacio (BTE), el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) afirmaron ayer que nunca dejaron de apoyar a la agrupación y sostuvieron que ésta no cumplió con los términos del convenio que ampara el subsidio y con lo que marca la ley.

En contraste, Maurice De-jean, quien se desempeña como consejero y responsable de la administración de la compañía fundada hace 43 años, aclaró también ayer, en entrevista con este diario, que dicho subsidio –en la actualidad, de 213 mil pesos mensuales– resultaba insuficiente para mantener a flote ese proyecto artístico.

Lo anterior, debido a que desde el año 2000 ese subsidio fue perdiendo capacidad adquisitiva y el incremento que se les otorgaba no iba a la par de los aumentos en los precios de servicios y productos.

Por ejemplo, Dejean explicó que la renta del local sede del BTE es de 80 mil pesos al mes y que el sueldo más alto de un bailarín asciende a 9 mil 500 pesos mensuales.

Precisó que desde hace dos meses no se recibió un solo centavo del apoyo federal, ante lo cual la treintena de bailarines que integraban el ballet se encuentra en situación crítica.

Supuesto plan estratégico

Sobre el supuesto incumplimiento que las autoridades atribuyen al Ballet Teatro del Espacio, Maurice Dejean sostuvo que el INBA les planteó, para encarar su problemática financiera, un supuesto plan estratégico que consistía en reducir a la mitad el número de integrantes de la compañía y ceder su espacio para uso diario del instituto a partir de las tres de la tarde.

Propuesta a la que, al igual que lo hizo Michel Descombey el miércoles, durante el anuncio de la disolución de la compañía, consideró no sólo una falta de respeto, sino también un doble agravio, pues atenta contra el arte y contra la estructura y la filosofía del Ballet Teatro del Espacio.

“Es como si en una sinfónica no hubiera dinero y decidieran dejarla a la mitad, sin violines, por ejemplo. ¿Podría esa orquesta cumplir con su trabajo? Lo mismo pasa con nosotros; quieren que seamos menos; es algo cuantitativo, sin respetar el aspecto artístico.

Las obras de Descombey son con muchos artistas y, si hubiéramos accedido a su propuesta, no habrían podido bailarse nunca. Es un insulto artístico.

En entrevista con La Jornada, la directora de Difusión y Relaciones Públicas del INBA, Paloma Ruiz, afirmó que el instituto nunca dejó de apoyar a ese grupo, porque los invitó y estuvo trabajando con ellos para que compartieran su espacio con otras organizaciones y no quisieron. Se hizo un plan estratégico para que modificaran los ingresos de su taquilla y no quisieron; también se les proporcionó un asesor de México en Escena para que los ayudara a entrar en los programas de subsidios que hubo, y no quisieron.

De 2002 a la fecha las aportaciones del INBA a la agrupación ascendieron a 22 millones de pesos, según la vocera, quien indicó asimismo que el instituto se hará cargo de pagar a los bailarines y demás trabajadores del Ballet Teatro del Espacio sus respectivos finiquitos.

Sin respuesta institucional

En un comunicado conjunto, el CNCA y el INBA reiteraron su compromiso de mantener la cifra presupuestada durante el resto del año y enfatizaron que la decisión de cerrar la compañía es competencia única y exclusivamente del grupo independiente, al que le reconocen una de las más largas trayectorias en México, con sus 43 años de existencia.

Contrario a lo que se declaró en conferencia de prensa, de 2003 a la fecha, el aumento al subsidio del INBA a Ballet Teatro del Espacio se incrementó 64 por ciento, muy por encima de la inflación (que es de 28 por ciento en el mismo periodo) y en su declaraciones también se omite que BTE no cumplió con los términos del convenio que ampara el subsidio y con lo que marca la ley, en el sentido de que no entregan reportes de gastos ni de actividades, se agrega en el comunicado.

Cerramos por falta de dinero. Sin rodeos, Gladiola Orozco y Michel Descombey encararon la razón que los obligó a disolver el Ballet Teatro del Espacio, del cual eran directores.

Tristeza y ojos enrojecidos eran inocultables en los rostros de la treintena de bailarines que acompañó a los maestros en ese anuncio, efectuado la noche del miércoles en la sede de la agrupación, en la colonia Juárez, según documentó La Jornada en su edición de ayer.

Desaparecer la agrupación fue el último recurso que encontraron sus directores, a su decir, no sin antes hacer todo lo que humanamente estaba a su alcance: pedir innumerables citas, realizar antesalas interminables y cientos de telefonemas, todo a la postre infructuoso.

Incluso, según se dijo, el 8 de junio sostuvieron una reunión con las titulares del CNCA y el INBA, Consuelo Sáizar y Teresa Vicencio, respectivamente, durante la cual las funcionarias se comprometieron a interceder en la crisis de la agrupación, pero antes pidieron conocer el trabajo de la compañía.

Para ello, de acuerdo con los creadores, el grupo trabajó arduamente en el montaje de un espectáculo que presentarían ante ambas. Sin embargo, pasaron dos meses de esa reunión sin que volvieran a saber de ellas, y “ni siquiera toman nuestras llamadas telefónicas.

Lo que es insoportable e indecente es la indiferencia. No podíamos un día más, lamentó Orozco. No estamos dispuestos a seguir pidiendo limosnas, cuando menos yo no; no somos limosneros.

Para Michel Descombey, no obstante los recursos generados por la compañía y los donativos recibidos, así como el subsidio federal, la estrechez económica que padecía el Ballet Teatro del Espacio lo situó en una disyuntiva insalvable: desaparecer o caer en la mediocridad, y obviamente que optamos por lo primero.

La noticia de la disolución de esta agrupación, considerada uno de los pilares de la danza contemporánea en México, fue tomada con enojo y preocupación en el medio dancístico y la comunidad cultural, al considerarlo un presagio de lo que puede ocurrir en el ámbito cultural y artístico ante la reducción que se contempla en el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para educación y cultura en 2010.

Entre esos personajes figuran artistas del medio dancístico, entre coreógrafos, bailarines y maestros, como José Rivera, Isabel Beteta, Cecilia Lugo, Cecilia Appleton, Leticia Rivera, Federico Castro, Marco Antonio Silva y Emma Pulido.

Asimismo, escritores e investigadores como Paco Ignacio Taibo II, Juan María Alponte y Alberto Dallal.