Uruapan, Mich., 6 de mayo. El presidente Felipe Calderón cuestionó la decisión de Haití de haber rechazado un barco mexicano que transportaba ayuda en alimentos y lo definió como el país más pobre de América, donde la gente verdaderamente se está muriendo, no del virus, se está muriendo de hambre.

Sin referirse a la cancelación de vuelos por parte del gobierno de Argentina, a raíz de la epidemia de la influenza A/H1N1, aseguró también que en ese país sudamericano el año pasado hubo un brote de dengue muy fuerte y se habla de miles de personas muertas.

La cifra mencionada por el titular del Ejecutivo no coincide con el informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que en 2008 contabilizó 538 muertes causadas por el dengue en toda América Latina.

Con actos sin público para evitar aglomeraciones, y con el cubrebocas puesto por momentos, el Presidente reanudó en su tierra natal el programa de giras que había suspendido hace 14 días por la emergencia sanitaria.

Cuando preguntó a los directores de los nuevos hospitales de Uruapan y Zamora cómo habían enfrentado la alerta, éstos coincidieron en que no atendieron a ningún enfermo de influenza por el nuevo virus, pero los habitantes sí estaban muy angustiados y consternados por su cercanía con el Distrito Federal y el estado de México.

Ante estas inquietudes, Calderón aseguró que si bien estamos dominando al virus, que además no es tan letal, tampoco hay que cantar victoria, porque no está totalmente bajo control. De hecho, anticipó que se van a presentar más casos que, en vez de preocuparnos, deben ocuparnos.

Defendió así la estrategia seguida por su gobierno ante esta emergencia, porque ha sido muy transparente, a diferencia de países como China, que en la crisis del SARS (síndrome respiratorio agudo severo) optó por callar los casos.

Mencionó que aquí se han registrado 40 fallecimientos por el nuevo virus y también el mayor número de casos en el mundo por la alta concentración poblacional en la capital del país, y por la estrategia gubernamental de investigar a la totalidad de los pacientes. De hecho, aseguró que en otros países de África, América o Asia no hay casos registrados porque quizás no los han detectado o porque son muy desarrollados y siguen medidas preventivas.

Así que México está haciendo bien su trabajo con el mundo, aseguró, para luego volver a reprobar las actitudes de hostilidad y rechazo a México en el extranjero. Sólo que por primera vez se refirió a un país en concreto, en este caso Haití, por haber rechazado un barco mexicano que llevaba maíz, trigo, frijol y medicamentos.

Resaltó que mientras otras naciones han aplicado medidas muy represivas y muy desagradables en crisis similares, aquí no fue necesario por la responsabilidad demostrada por la población.

El michoacano inició también una campaña para demostrar que la carne de cerdo no es dañina, ya que en un principio el virus fue denominado porcino. Con ese afán comió chicharrón y tacos de carnitas, preparados con la receta secreta que sólo aquí se conoce, según explicó.

Antes de almorzar se quejó del marranicidio cometido en algunos países, como chuscamente definió este hecho un gobernador, y dijo que para no dejar lugar a dudas aceptó la invitación de los porcicultores afectados.

El mandatario michoacano, Leonel Godoy, se jactó incluso de que no hay un lugar más seguro contra esta influenza que nuestro país.

Así, en el patio de un hospital de Zamora, convertido en área de banquetes con mesas, manteles, sillas y hasta lavabos, Calderón y sus invitados primero se lavaron las manos y luego se hizo la degustación.

Mientras en la misma mesa taqueaban sus paisanos Godoy y Juan Rafael Elvira Quesada, además de los titulares de Agricultura, Alberto Cárdenas Jiménez, y del Seguro Social, Daniel Karam, Calderón volteó hacia donde estaba el grupo musical La gran familia y exclamó: Chavos, se saben Puño de tierra, ¿no?, pues échense la que quieran.