Funcionario del Seguro Social se dice amenazado
y ordena desalojar a reportera
Domingo 26 de abril de 2009, p. 14
Este sábado las Unidades de Medicina Familiar del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) mantuvieron abiertas sus puertas para brindar atención a quienes presenten síntomas que pudieran identificarse como de influenza porcina. En general en las clínicas se respiró tranquilidad; sin embargo, los derechohabientes se manifestaron preocupados por la situación de emergencia y se quejaron de la falta de información en los centros de salud y de la carencia de tapabocas.
En la clínica 1 del IMSS La Jornada acudió a pedir información a su director, Héctor R. Azamar, acerca de cómo transcurría la distribución de tapabocas y de si se había presentado algún caso de influenza. El funcionario sólo dijo que los tapabocas eran para enfermos
y se negó a proporcionar cualquier información, e incluso pidió a un policía que desalojara a la reportera del lugar. Lo instruyó para que impidiera el paso a cualquier medio de comunicación, con el argumento de que lo estaban amenazando
.
La falta de información también se hizo presente en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER). Desde las primeras horas de la mañana familiares de pacientes internados se quejaban de que no les daban informes sobre el estado de salud de éstos. La sala de espera del pabellón se mantuvo cerrada y la de urgencias estaba custodiada por agentes armados, quienes sólo permitían la entrada del paciente con algún pariente.
Como los familiares empezaron a quejarse tras permanecer horas en la calle sin recibir informes, y debido a la llegada de reporteros, el director médico de ese instituto, Édgar Mondragón Armijo, se presentó ante los representantes de los medios a las 12:45 horas e informó que en el INER hay 24 pacientes internados por influenza, de los cuales 10 están graves y requieren de ventilador mecánico asistido. Agregó que, de todos los decesos en el país, 15 han sido en ese instituto, y reconoció que no sabe si se debieron a influenza porcina.
En tanto, la sicoterapeuta Irma Inés de Jesús Cabello aseguró que a dos enfermeras de esa institución se les ha diagnosticado influenza y que del interior han desaparecido entre mil 500 y 2 mil tapabocas de alta seguridad, es decir, los elaborados con material resistente.
Adquirir un tapabocas era muy difícil. Estaban agotados en las farmacias; en el Metro ya era muy complicado encontrar un repartidor después de las 14 horas: aun los de los revendedores se agotaron.
En una farmacia frente al INER, ayer fueron adquiridos mil, y según la dependienta, no se había ido el proveedor y ya no había más. Había gente que compraba entre 150 y 200
, aseguró, mismos que luego fueron revendidos hasta por cinco pesos en la calle.
En la red hospitalaria del Gobierno del DF ayer aumentó la afluencia. Muchos acudieron en busca de una vacuna, lo cual resultaba inútil; por atención ante síntomas que podrían relacionarse con influenza o a solicitar información sobre la enfermedad. Y como en las clínicas y hospitales, la queja fue: faltan tapabocas.
Con información de Agustín Salgado y Josefina Quintero