El jueves 19 de septiembre de 1985, a las 7:20 de la mañana, cuando empieza a circular apenas la edición que celebra el primer aniversario de La Jornada, un terremoto de 8.1 grados en la escala de Richter y de dos minutos de duración, sacude a la ciudad de México.

El sismo derrumba el edificio Nuevo León en Tlatelolco, el hotel Regis, el Centro Médico Nacional, el hospital Juárez, la Secretaría de Trabajo y la torre maestra de Televisa en avenida Chapultepec, así como numerosas viviendas en Garibaldi –donde perecen decenas de mariachis–, el Centro Histórico, la colonia Roma, y talleres de costura en San Antonio Abad, que le quitan la vida a no pocas obreras. Es el mayor desastre registrado jamás en la capital de la República. Las compañías de seguros reportan más de 7 mil edificios afectados. A las 7 de la noche del día siguiente llega la réplica, con menor intensidad, pero con terribles efectos sicológicos.

Ante la tragedia, el gobierno se paraliza. Son los ciudadanos quienes se improvisan como rescatistas para tratar de salvar a familiares y vecinos. Surge así el grupo de Los Topos, formado por expertos montañistas con capacidad para meterse en las ruinas de casas y edificios en busca de sobrevivientes. En el hospital Juárez, ocho días después de los sismos, continúan apareciendo con vida niños recién nacidos. El parque Delta del Seguro Social (hoy reconvertido en mall) sirve como depósito de miles de cadáveres.

Con la desgracia surge espontáneamente la cultura ciudadana de la solidaridad. La gente comprende que no necesita a las autoridades, que puede remplazarlas y ser incluso más eficaz que ellas. Así se inicia, aunque nadie todavía lo sepa, la larga batalla de los capitalinos por quitarle al PRI el gobierno de la ciudad.

Pero, por lo pronto, el dolor de la catástrofe toca a todas las puertas y el 19 de septiembre La Jornada pierde al joven reportero Manuel Altamira, quien fallece en la colonia Roma, al desplomarse el edificio donde también vivía el músico Rodrigo González Rockdrigo.

En el plano internacional, la nota dominante a lo largo del año será el ascenso de Mijail Gorbachov al poder en la URSS, en marzo. Gorbachov lanza la perestroika (conjunto de medidas para reformar la economía, fomentar el ahorro interno, combatir el alcoholismo y frenar la corrupción), acompañada de la glasnost (transparencia), para hacer más visibles las gestiones de los funcionarios públicos, fortalecer la casi inexistente libertad de expresión, y levantar la censura que pesaba sobre cientos de libros y películas.

Mientras la figura de Gorbachov se agiganta en el mundo, a medida que propone el desmantelamiento del arsenal nuclear de la URSS y de Estados Unidos, para conjurar definitivamente el peligro de la guerra atómica, en México la crisis económica se agudiza. El 25 de mayo, una nota de Andrea Becerril, firmada en Pachuca, Hidalgo, narra una conmovedora manifestación de mineros de Real del Monte que protestan desnudos para denunciar que sus patrones se niegan a darles ropa de trabajo y equipo de seguridad, y para oponerse a los despidos que la empresa planea. En esa mina, explican, en 1978, el índice de mortandad fue similar al de países en guerra como El Salvador y Guatemala.

El 18 de junio, desde Cabo Ke-nnedy, Florida, Víctor Cardoso reporta el despegue de un cohete que pondrá en órbita al satélite mexicano Morelos I. En medio de una inflación galopante y una continua devaluación del peso, el gobierno de Miguel de la Madrid sigue contratando créditos con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que lo comprometen a despedir empleados públicos y privatizar empresas paraestatales. La Rayuela del 5 de octubre dice al respecto: El año próximo seremos el país más endeudado del mundo.

Los efectos de esta política explican el creciente auge del narcotráfico, pese a la captura de Rafael Caro Quintero, en Costa Rica, donde el 4 de abril Interpol lo detiene en compañía de Sara Cossío, sobrina del ex gobernador de Jalisco, Manuel Cossío Vidaurri. Cinco días más tarde, en Guadalajara, cae Ernesto Carrillo Fonseca, Don Neto. La policía antidrogas de Estados Unidos responsabiliza a Caro por el secuestro del agente de la DEA, Enrique Camarena. Pero no sospecha que, tras el encarcelamiento de los dos principales contrabandistas de mariguana, van a gestarse cambios en el bajo mundo mexicano, donde el hampa ya está en negociaciones con la mafia colombiana para exportar cocaína desde nuestro país. Con esta perspectiva termina un año horrible.

Rayuela

20 de septiembre

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte,
a dentelladas secas
y calientes.

Miguel Hernández