La Armada de México desarrolla desde 2004 una metodología para detectar cultivos de amapola y mariguana mediante imágenes satelitales; en la actualidad tiene capacidad para identificar 74 por ciento de los sembradíos ilícitos en el país, y espera que a corto plazo la cobertura sea de 100 por ciento.

Personal de inteligencia naval y de información satelital de la Secretaría de Marina informó lo anterior, y añadió que si bien hay estimaciones de que la producción de droga ha disminuido a escala nacional, se han detectado en meses recientes cultivos en áreas donde no era muy común encontrarlos; por ejemplo, las costas de Nayarit y Michoacán, así como Quintana Roo, Campeche y la parte norte de Baja California.

En entrevista con La Jornada, personal encargado del procesamiento de la información que recibe la Armada vía la Estación de recepción México de la Constelación Spot (empresa francesa que envía imágenes de telemetría obtenidas por los satélites Spot 2, Spot 4 y Spot 5) se refirió al programa de detección de droga, el cual, aseguró, ha tenido éxito.

Esos datos no sólo son procesados por la Secretaría de Marina con fines de seguridad nacional, sino también por dependencias como la Secretaría de Agricultura y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Con la petición de que no se dieran a conocer sus nombres, por la información delicada que manejan, los oficiales expresaron que, con base en las zonas geográficas identificadas por los satélites, el llamado triángulo dorado –que comprende Sinaloa, Durango y Chihuahua– constituye la zona de más alta incidencia en la producción de drogas, así como prácticamente toda la costa oeste del océano Pacífico, donde se encuentran los estados de Jalisco, Nayarit, Michoacán, Guerrero y Oaxaca.

Debido a que las imágenes satelitales no son definitivas para ubicar cultivos ilícitos, inteligencia naval programa tomas de áreas donde hay mayor incidencia. La información se complementa con trabajo de campo para ubicar las coordenadas en que se encuentran los sembradíos.

Una vez procesada la información, se envía la ubicación vía satélite a los mandos navales, los cuales acuden a los sitios que se les señalan y erradican los sembradíos ilícitos.

También se entregan los datos a la Secretaría de la Defensa Nacional, para que haga su parte, ya que la Armada realiza dicha labor generalmente en las costas hasta 25 kilómetros tierra adentro, y el resto del territorio es jurisdicción del Ejército.

Otra ventaja de las imágenes satelitales es que permiten identificar los plantíos erradicados, por lo que se espera que en fecha próxima se tenga a ciencia cierta la cifra de la extensión y ubicación de todos los sembradíos a escala nacional y la cantidad exacta de los que son destruidos.

Los funcionarios de la Armada aseveraron que hasta la fecha no se han detectado plantas modificadas genéticamente, aunque las de amapola en el triángulo dorado llegan a tener siete bulbos (las flores de donde se extrae el opio para la producción de heroína), mientras en la costa tiene sólo uno o dos.

Afirmaron que se erradica 80 por ciento de la droga en el país. Sin embargo, reconocieron que la superficie que se labra es increíblemente extensa, y que de alguna manera se mantienen las tendencias de siembra.

En la temporada de lluvias, añadieron, la incidencia de amapola disminuye, porque no tolera gran cantidad de agua, pero aumenta el cultivo de mariguana. En tiempo de sequía ocurre exactamente lo contrario. Lo cierto, apuntaron, es que ambas se siembran durante todo el año.

Llamaron la atención en que cada vez es más complicado detectar los plantíos ilícitos. Antes se sembraban grandes extensiones. Ahora no pasan de 300 metros cuadrados, precisamente para evitar su ubicación.

También es común encontrar zonas donde se siembra una hilera de maíz y otra de mariguana, principalmente en Michoacán, Nayarit, Jalisco y Sinaloa.

O sucede que el cultivo está rodeado de plantas como orégano, cilantro y rábano, que ayudan a neutralizar el olor de la mariguana, sobre todo cuando los sembradíos están cerca de poblados, agregaron.

Dijeron que luego de recibir las imágenes de telemetría, inteligencia naval las procesa en un plazo máximo de 72 horas.

Una vez ubicados los plantíos, se envía la información a los mandos militares, los cuales tienen un máximo de 20 días para erradicar la droga, porque si transcurre más tiempo suele suceder que se levante la cosecha.

Señalaron que a pesar de los avances se requieren más recursos económicos para potencializar la estación –la cual se encuentra en la sede de la Armada, y participan también la Secretaría de Agricultura (la cual paga anualmente 39 millones a la empresa francesa) y el Inegi–, con el fin de que las imágenes obtenidas sean de mayor calidad y sea más fácil detectar los plantíos.

Una misma imagen de telemetría tiene diferentes aplicaciones, dependiendo el uso que se le quiera dar. En el caso de la Armada, ésta creó la metodología para identificar los cultivos ilícitos con un margen de error cada vez menor.

Antes, expusieron, las tropas recorrían sierras y lugares casi inaccesibles en busca de sembradíos, para erradicarlos. En cambio, ahora, podemos enviar directamente al personal a los cultivos de forma más rápida y precisa, abundaron.

Orgullosos, afirmaron que de enero a la fecha la certeza en la ubicación de plantíos ilícitos ha sido de 90 por ciento, y anunciaron que esperan que el Ejecutivo federal tome en cuenta estos avances para que invierta y modernice la estación con el fin de incrementar la localización y destrucción de los plantíos de mariguana y amapola.