Monterrey, 4 de abril. De la mano de Jesús Arellano, el Monterrey consiguió un empate con tintes heroicos. Los Rayados perdían 0-2 ante Atlas y se quedaron con nueve elementos sobre el final del primer tiempo, pero El Cabrito ingresó y cambió el rumbo del partido con un gol y destacada actuación, con lo que rescataron el 2-2 ante la algarabía total en el repleto Tec.

Arellano ingresó al minuto 40 y es apenas el segundo partido en el que participa en el torneo. Aquejado por las lesiones, el veterano reapareció luego de cinco duelos. Sólo había participado 24 minutos en la fecha seis, pero hoy demostró que mantiene su calidad.

Fue un primer tiempo de pesadilla para Rayados. Sólo al minuto cuatro los aficionados se levantaron de sus asientos, al observar un tiro libre de Luis Pérez que se estrelló en el travesaño.

Pero eso fue todo. Después los rojinegros controlaron el balón y aprovecharon un error defensivo al minuto 12, cuando Darío Botinelli robó el esférico adelante de media cancha, enfiló por el centro y al llegar al área tocó con tranquilidad ante la salida del arquero Christian Martínez para abrir el marcador.

Monterrey todavía no se reponía del golpe y un minuto después recibió el 2-0, en una pared entre Botinelli y Édgar Pacheco, quien definió con tiro raso y muy colocado a la derecha de Martínez.

El equipo de Víctor Vucetich intentó reaccionar y tuvo algunas llegadas, pero entonces Felipe Baloy realizó una barrida con los tachones por delante sobre Hugo Ayala y el silbante Francisco Chacón le mostró la tarjeta roja.

Vucetich trató de reanimar a sus pupilos con el ingreso de Arellano, pero Humberto Suazo reclamó una falta y el silbante lo expulsó. Tanto el panameño como el chileno se perderán el clásico regio, ante Tigres.

Al inicio del complemento Pacheco tuvo dos llegadas de peligro, pero el guardameta Martínez realizó buenos lances. Eso fue todo lo que hizo el displicente Atlas.

La hazaña local empezó al minuto 71, cuando El Cabrito controló con el pecho dentro del área y de media vuelta mandó el balón al ángulo superior derecho. Después Arellano tiró desde media cancha y Hernández desvió apenas con las uñas. De esta acción se generaron tres tiros de esquina. En el tercero el arquero rojinegro dudó en la salida y José María Bazanta logró el milagro con un sólido cabezazo.