“Ruego por mirar fijamente al espacio, temer a la comida y ver mi imagen obesa en el espejo”. Menos de 500 calorías por día: lo has logrado, eres una buena Ana. Si no puedes evitar cerrar la boca, ¡suma!: una taza de yogur descremado tiene 109 calorías, ¿cuántas te faltan para fracasar? Si caes, Mía puede rescatarte. “Roza la campanilla que está cerca de tu garganta, vas a sentir como un botoncito. ¡Presiónalo! Para mí, vomitar es como masturbarme, tienes que meter los dedos bien al fondo”. “Nadie dijo que fuera fácil ser una princesa”. Bienvenida a la Anorexic Nation.
“Engordar es malo, perder peso es bueno”, una de las máximas de quienes viven con anorexia nerviosa: la obsesión por el control del cuerpo y sus apetencias, de la delgadez como puerta de acceso al “éxito”. Por lo menos eso se mira y se lee en los múltiples blogs “pro-ana” y “pro-mía”: historias de mujeres —en su mayoría— que defienden su derecho a vivir su “estilo de vida” en un mundo sin equidad. “Este es el diario de una joven profesionista y exitosa que lucha día a día (por) forjarse camino en un mundo de hombres. Desorientada, adicta, compulsiva y arrogante, esta joven busca siempre la perfección”.
Le han arrebatado espacio a la red para conformar una tribu, con códigos, aspiraciones, obsesiones y anonimato compartidos. Tips para perder peso, para engañar al entorno, para darse aliento, para compartir los miedos y a veces incluso para reducir el daño. Un ideario para conocer cómo funcionan la anorexia y la bulimia, un vistazo al infierno de la búsqueda de la perfección. (Ejemplos: pro-anaymia.blogspot.com, pulcera-roja.blogdiario.com, jess-regresoatusbrazos.blogspot.com). Para contrastar con información validada y científica puede visitarse el sitio anaymia.com.
La fuerza del testimonio también funciona en positivo. Sólo basta quitarse la careta y asumir, además de la enfermedad, los resortes que usa para el auto engaño: “No es fácil vivir pensando que estoy gorda y por eso, a veces me gustaba más controlar a la gente, (…) a lo mejor mi cabeza no se centraba plenamente en la comida, aún así me sentía enferma y muy mal, no conseguía controlar la situación, yo, que todo lo controlaba”, cuenta Alba Fernández, de 18 años, en el sitio 1espejo1000ventanas.com, interesante proyecto español que compila blogs de jóvenes que enfrentan trastornos alimenticios. Otro proyecto español (stop-obsesion.com, masqueunaimagen.com) también ofrece ayuda para desórdenes alimenticios y busca crear conciencia sobre los estereotipos y las imposiciones de género que suelen estar detrás de la obsesión por la delgadez. |