Por Orlando Merino
Desde hace algunos años operan en México grupos conservadores que aseguran que la homosexualidad puede ser “curada” a través de “terapias”. En principio fueron sigilosos, pero ahora algunos de estos grupos han salido a la luz, como Courage Latino, que al amparo de la Iglesia Católica mexicana ha organizado ya varios congresos para impulsar sus actividades, el último de ellos entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre pasados en la ciudad de Guadalajara.
En entrevista con Letra S, la terapeuta Marina Castañeda Gutman —autora de La experiencia homosexual y La nueva homosexualidad, entre otros libros sobre el tema— habla de estos grupos ex gays, que representan los prejucios de siempre contra la homosexualidad, con argumentos pseudo científicos. A continuación parte de la charla:
En Courage Latino sostienen la idea de que la homosexualidad
es una conducta adquirida y susceptible de cambio. ¿Cómo refutar este argumento?
Nadie ha demostrado ni que se nazca homosexual, ni que sea algo adquirido. Las dos posturas tienen mucho que ganar o perder, sobre todo en Estados Unidos, porque allá el debate sobre la discriminación sí hace una distinción muy clara entre lo que eres por nacimiento y lo que eres por preferencia.
La definición legal de la discriminación en Estados Unidos establece que sólo existe cuando se rechaza un atributo inherente a la persona. Por ejemplo, ser negro, o mujer, o discapacitado no lo puedes cambiar, así eres. Entonces, si alguien te agrede por alguno de esos rasgos inherentes a ti eres víctima de discriminación y eso te da derecho a ciertas protecciones. En cambio si, como dicen los conservadores, la gente homosexual lo es por su elección, igual puede decidir ya no serlo. Si depende de ellos cambiar de orientación sexual entonces pierden la protección de las leyes antidiscriminación.
Para países como el nuestro no es necesariamente un debate relevante. Desde el punto de vista de los derechos humanos no importa si eres gay por nacimiento, por gusto, por inercia o por decisión. Da exactamente lo mismo. Tú tienes los mismos derechos que cualquier otra persona, sea cual sea tu orientación sexual y tus razones de serlo.
También es importante considerar el origen religioso del llamado movimiento ex-gay. Para ellos tiene sentido creer que el homosexual se hace, pues desde el punto de vista religioso lo que cuenta son los actos: el pecador debe cambiar sus actos y así deja de pecar. Es la posición de la Iglesia Católica.
En los congresos y terapias de Courage Latino suele usarse un eufemismo inusual:
“atracción al mismo sexo no deseada”. ¿Existe este concepto en la literatura científica?
No. No sé si sea una invención de ellos, pero es una forma de poner el énfasis en el aspecto puramente sexual de la homosexualidad. De hecho, en toda su literatura, queda descartada la posibilidad del amor; nunca hablan del amor entre dos hombres o dos mujeres.
Usan la palabra “atracción”, reduciendo todo al deseo sexual y cancelando por completo el amor, la relación de pareja, el compromiso, el proyecto de vida. Todo eso desaparece en el discurso del movimiento ex gay, porque para ellos sólo puede existir el amor entre un hombre y una mujer. Es una de las trampitas semánticas que te van poniendo en el camino. Lo que se les olvida es que la homosexualidad no es sólo una cuestión de cama. Cualquier persona puede acostarse con hombres y/o mujeres y pasarla bien, pero lo más importante es de qué lado te enamoras.
¿Qué hay de las posturas que afirman que la homosexualidad se origina en el abuso sexual
o la incapacidad de los padres para formar en su “propio género” a niños y a niñas?
Esos viejos mitos han sido totalmente desacreditados desde hace por lo menos 20 o 30 años. Si todas las niñas víctimas de abuso sexual se volvieran lesbianas, la proporción de lesbianas entre la población femenina oscilaría entre 20 y 30 por ciento, dependiendo del país y el entorno social. De igual manera, si todos los niños abusados se volvieran homosexuales, las cifras de homosexualidad masculina serían altísimas. Pero los números no lo comprueban.
El mito del padre ausente, la falta de figura masculina, es igualmente absurdo. Si todos los niños con padres ausentes se volvieran homosexuales, la cifra de homosexualidad masculina seria, otra vez, altísima. En todo el mundo occidental, sobre todo en la segunda mitad del siglo XX, el padre ha sido una figura ausente del hogar por una serie de razones económicas y sociales que no es necesario examinar en este momento.
En sus eventos, la gente de Courage afirma que ayudan a aquellos que que desean cambiar.
Es un discurso totalmente ahistórico. Se les olvida que durante siglos ha habido homosexuales que han querido cambiar de orientación sexual y que han descubierto que no se puede. Ahora bien, muchísima gente homosexual puede casarse y tener hijos. Por supuesto. Es más, la inmensa mayoría de los homosexuales ha vivido así desde siempre, no hay absolutamente nada nuevo en ello.
Es importante recordar, sin embargo, que esta idea de cambiar la sexualidad por medio de terapias reparativas ha sido rechazada formalmente por las principales instituciones de salud mental, como la Asociación Americana de Psicología y la Asociación Americana de Psiquiatría. Si tú consideras que tienes una “terrible enfermedad”, en este caso la homosexualidad, y acudes al mejor especialista del mundo para que te cure y resulta que no te pudo curar, que sigues teniendo los mismos deseos y sentimientos. ¿Qué haces con eso? Vas a entrar en un estado de depresión terrible. Hoy en día la posición terapéutica en todo el mundo occidental es ayudar a asumir y a vivir bien la orientación sexual, como lo hacen millones de homosexuales hoy día que viven vidas sanas y felices.
¿Son homofóbicos estos grupos? Ellos reiteran una y otra vez que no,
que sólo son críticos del movimiento gay.
En general, el movimiento ex gay es la cara posmoderna, la cara amigable de la antigua homofobia de siempre. En lugar de mandar a los homosexuales a la hoguera, les tienden la mano; en lugar de aventarles la Biblia, rezan por ellos; en lugar de condenarlos al infierno, ofrecen curarlos. Es una fachada más amigable, pero los prejuicios implícitos son los mismos. Es la homofobia de siempre con su ropaje a la moda, en realidad no presenta absolutamente nada nuevo.
La tradición judeocristiana lleva cientos de años especializándose precisamente en eso, en eliminar la sexualidad libre, la sexualidad por el placer. Pero a pesar de su enorme influencia, su enorme riqueza y presencia en los medios, no han logrado detener el cambio social, económico y cultural. Las mujeres estudian y trabajan, la anticoncepción y el divorcio se han generalizado. Los derechos de las mujeres, el hecho que las familias sean cada vez más pequeñas, los derechos de las minorías, la globalización, todos estos son fenómenos de grandes alcances que ya no se van a detener. Ni las mujeres van a dejar de trabajar, ni regresar a sus casas, ni las familias van a volver a tener seis o siete hijos. |