Usted está aquí: domingo 20 de enero de 2008 Cultura Aventura urbana para romper con el estigma social del grafiti

Kolektivo Aluxes organiza la eleboración de un mural de 110 metros en la Secun 206

Aventura urbana para romper con el estigma social del grafiti

México, desde lo prehispánico hasta lo posmoderno, el tema general del proyecto

Debe ocupar el lugar que merece como medio de expresión artística, reclaman adolescentes

“En la calle no puedes pintar ni la barda de tu casa, porque llega la patrulla y te lleva”

Ángel Vargas

Ampliar la imagen Kolektivo Aluxes logró involucrar a la comunidad de la Secundaria 206 en su proyecto; un grupo de alumos participó en la limpieza de la barda Kolektivo Aluxes logró involucrar a la comunidad de la Secundaria 206 en su proyecto; un grupo de alumos participó en la limpieza de la barda Foto: Víctor Camacho

Apenas son visibles en sus cuerpos los cambios propios de la adolescencia, pero El Callejas y el Domo tienen muy cierto lo que quieren y por qué lo hacen. De 14 y 15 años, respectivamente, ambos son grafiteros consumados y se han propuesto romper a como dé lugar el estigma social que pesa sobre esta actividad.

“Queremos que deje de ser visto como un acto vandálico y se le reconozca como expresión artística, que la gente no crea que buscamos molestar o perjudicarla, y que la tira nos deje de acosar. Los que hacemos ésto es para expresarnos, porque no tenemos de otra, no contamos con lana ni espacios”, dicen.

“El grafiti nació siendo ilegal, de allí su naturaleza clandestina al principio. Pero lo vemos como un medio utilizado por muchos jóvenes para decir estoy aquí, ante la falta de políticas y canales sociales de comunicación. El arte es una forma de reafirmarse a sí mismo.

“En este mundo es muy difícil que un artista sin recursos exprese lo que quiera decir y que lo conozca la gente. Gran parte de los que grafiteamos, por el medio de pobreza en el que nacimos, nunca tendremos acceso a un medio masivo como radio, televisión o prensa, ni podremos rentar una galería. Entonces, utilizamos al grafiti como válvula de expresión y escape, y un medio para darnos a conocer”.

Apoyo del GDF

Fue para buscar la revaloración social del grafiti que este par de adolescentes, que responden a los nombres de Diego Sandoval Ávila (El Callejas) y Marco Antonio Juárez Aguilar (Domo), creó el Kolektivo Aluxes y, por medio de él, obtuvo apoyo de las secretarías de Desarrollo Social y de Cultura, y del Instituto de la Juventud, instancias todas del Gobierno del DF, para realizar su proyecto.

Después de mucho batallar, los Aluxes podrán este domingo poner manos a la obra en la consecución de su objetivo. Ello gracias a que las autoridades de la Escuela Secundaria 206 (ubicada en eje 10, casi esquina Cerro del Agua) les prestaron los 110 metros lineales del muro de su fachada para que realicen allí un monumental grafiti-mural.

En este proyecto participarán 35 de los más renombrados exponentes del género en el DF, obviamente los cuatro integrantes del Kolektivo, cinco alumnos de dicho centro educativo e integrantes de un club de la vecina colonia Santo Domingo.

Todos ellos debieron presentar previamente el boceto de su trabajo, que tiene a México, desde lo prehispánico hasta lo posmoderno, lo urbano y lo rural, como tema general, y que lo mismo incluye lo figurativo que textos.

El proyecto cuenta con el aval de la ONG Comunicación Comunitaria, así como con la asesoría del colectivo Sublevarte, por conducto del grafitero Joel Martínez, de 29 años, conocido en el medio como Conejo, quien se encargó de impartir talleres y auxiliar en los procedimientos a los Aluxes.

Parte fundamental de la propuesta ha consistido en involucrar a la comunidad de la secundaria, desde autoridades, plantilla docente y trabajadores, hasta los alumnos y sus padres.

Más de una veintena de chavos de la secun trabajaba desde el viernes, con estopas y escobas remojadas en thíner, para despintar las pintas que llenan la fachada de ese centro educativo. Este sábado también se reunieron, pero para pintar la barda y tener un fondo común para el mural.

Durante un breve receso, en charla con La Jornada, estos desgarbados muchachos dan muestra de estar muy conscientes y saber lo que quieren.

“En efecto, sabemos que el grafiti, en el ámbito de lo clandestino, nace como una forma de marcar territorios. Pero se fue dando la estilización de las letras y ha ido creciendo hasta convertirse en una expresión artística y cultural”, dice El Callejas.

“Así lo demuestra que millones de personas en el mundo hacen diferentes tipos de grafiti artístico y político; además, comienza a mostrarse ya en galerías y hasta museos”.

El Conejo, por su parte, confía que el mural que se realizará este domingo puede hacer entender a las autoridades que esta expresión es parte de las artes emergentes, cuya verdadera valía está en el espacio publico, es decir, en la intervención y la lucha por éste.

“Tengo más horas de vuelo y sé bien que en este pinche país el reclamo de un derecho particular se convierte en un delito, y en ese sentido la tipificación del grafiti como delito es parte de esa lógica”, explica.

“Es decir, se dice que hay libertad de expresión, sí, pero sólo donde quienes ejercen el poder quieren. En la calle no puedes pintar ni la barda de tu casa, porque llega la patrulla y te lleva a la delegación: es un absurdo. Entonces, estamos jugando contra esta lógica y peleamos porque el espacio público realmente sea público.”

A decir de los integrantes del Kolektivo Aluxes, en el que participa también Israel Gallegos, con el alias de Itz, la banda que actualmente hace grafiti de manera legal o ilegal está ensimismada en una cuestión muy egoísta, por saber quién pinta más o lo hace de manera más riesgosa, y no existe la conciencia de ver ésto como una expresión de la inconformidad o el rencor social.

Disyuntiva

Tarde o temprano, opinan, el grafiti ocupará el lugar que merece, como un medio de expresión, y es algo que se dará por el empuje de la sociedad, no como un regalo de las autoridades, ya que los grafiteros utilizan técnicas y tácticas de la guerrilla urbana, aunque de manera inconsciente.

“Esta ciudad es muy grande, monstruosa, y controlar a 60 mil chavos pintando a todas horas está cabrón. En ese sentido, mientras el gobierno y las autoridades no se quieran dar cuenta de que eso está pasando, mientras la banda que está haciendo grafiti no se dé cuenta del potencial que tiene, seguirá la disputa o disyuntiva entre si esta forma de expresión es vandálica o no, ilegal o no, delictiva o no”, concluyen.

 
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