DIRECTORA GENERAL: CARMEN LIRA SAADE
DIRECTOR FUNDADOR: CARLOS PAYAN VELVER
SUPLEMENTO MENSUAL  DIRECTOR: IVAN RESTREPO  
EDICIÓN: LAURA ANGULO   LUNES 26 DE MARZO 2007 
NUMERO ESPECIAL


Portada

Presentación

Tiburones y tiburoneros: última llamada a la gestión pesquera
Raúl Marín-Osorno

Regulación de la pesca de tiburones y rayas: historia de un proceso normativo
Raúl Villaseñor Talavera

La extinción "comercial" de las grandes especies de tiburones en México
José Leonardo Castillo-Géniz

¿Qué podemos hacer por los tiburones, las rayas y los pescadores?
Juan Carlos Pérez Jiménez

Tiburón blanco, ¿blanco de la avaricia humana?
Edgar Mauricio Hoyos Padilla

Todavía es tiempo para los tiburones en Chiapas
Sandra R. Soriano Velásquez, Donaldo E. Acal y Heber Zea
de la Cruz

Las rayas, especies marinas importantes en espera de protección
David Corro Espinosa y Crescencio Castillo Castro

La NOM 029, beneficio para las tortugas y mamíferos marinos
Juan Carlos Cantú y Alejandro Olivera


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La NOM 029, beneficio para las
tortugas y mamíferos marinos

Juan Carlos Cantú
Director de Programas de Defenders of Wildlife de México

Alejandro Olivera
Coordinador de la campaña de Océanos de Greenpeace México

La falta de reglamentación, el uso de artes de pesca depredadoras y la sobrepesca han provocado una dramática merma en las poblaciones de los elasmobranquios (peces cartilaginosos).

Durante años, la pesca de tiburones y rayas se ha realizado principalmente con redes de deriva de hasta casi dos metros de longitud y 50 metros de profundidad y con palangres que son líneas de hasta 70 kilómetros de largo y más de 2 mil anzuelos.

Esos artefactos de pesca son altamente depredadores, ya que matan cada año no sólo a miles de tiburones de todos tamaños, sino a especies en riesgo y protegidas, como tortugas marinas, ballenas, mantas gigantes, lobos y vaquitas marinas, además de aves.

En estas artes de pesca, las tortugas y los mamíferos marinos son atrapados de forma incidental. Dado que ambos grupos de animales marinos necesitan salir del agua para respirar, suelen quedar atrapados en las redes y se ahogan.

Afortunadamente, a 10 años de comenzar a ser elaborada y tras tres años de espera, por fin se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Norma Oficial Mexicana NOM-029-PESC-2006 (NOM 029), relativa a la pesca de tiburones y rayas. Con esta medida, será regulada esta actividad en México, y muchas especies dejarán de ser depredadas.

Tortugas marinas

Las siete especies de tortugas marinas que anidan en nuestro país están clasificadas como en peligro de extinción: golfina (Lepidochelys olivacea), lora (Lepidochelys kempii), verde (Chelonia mydas), prieta (Chelonia agassizi), cahuama (Caretta caretta), carey (Eretmochelys imbricata) y laúd (Dermochelys coriacea).

Tres de ellas se encuentran en peligro crítico de extinción según la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza): la tortuga laúd, carey y lora. Las tres siguen muriendo a una tasa alarmante.

De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) se capturan de una a tres tortugas por cada lance de red. Utilizando únicamente los datos de las embarcaciones y lances contabilizados en la Carta Nacional Pesquera, y extrapolando al índice de captura de la Semarnat, la flota tiburonera captura anualmente entre 6 mil 240 y 18 mil 720 tortugas.

El índice de captura en redes es mucho más alto que en palangres. Pero además se estima que por cada tortuga que muere en un palangre, mueren de 40 a 120 en redes de deriva. Esto es debido a que las tortugas que son atrapadas en los anzuelos del palangre pueden salir a respirar, a diferencia de las redes en donde la mayoría se ahoga.


Ejemplar del delfín común, Delphinus delphis, enmallado en una red tiburonera en aguas del Pacífico mexicano. Fotografía Greenpeace-México

Con la entrada en vigor de la NOM 029, miles de tortugas marinas se salvarán de una muerte segura. Esta norma ayudará a disminuir la captura y mortalidad de tortugas marinas a través de varias disposiciones. Para empezar, prohibirá el uso de redes de deriva a las embarcaciones de mediana altura y altura, y con esto se acabará la inmensa mortandad de tortugas marinas que causan anualmente.

La Norma 029 únicamente permite el uso de redes de fondo a las embarcaciones artesanales, las cuales tienen un índice de captura de tortugas marinas mucho menor.

Se obligará a usar anzuelos circulares en los palangres. Por sí solos, los anzuelos circulares disminuyen la captura de tortugas marinas en más de 80 por ciento. Además se tendrá que pescar por debajo de los 40 metros. Las tortugas pasan 90 por ciento de su tiempo cerca de la superficie. Al pescar por debajo de los 40 metros se disminuye la posibilidad de que se topen con un anzuelo. Entre estas dos medidas se asegura una disminución de la captura en más de 90 por ciento.

La norma prohíbe pescar en una franja de cinco kilómetros alrededor de los arrecifes de coral, protegiendo la zona de alimentación de las tortugas carey. Además se prohíbe pescar en una franja de cinco kilómetros de ancho frente a 95 zonas de anidación y alimentación de tortugas marinas.

Se obligará a utilizar herramientas específicas para remover anzuelos y cortar líneas, con el fin de evitar daño a las tortugas marinas. Será obligatorio aplicar medidas de recuperación a las que sean capturadas incidentalmente cuando éstas se encuentren en malas condiciones. Las medidas anteriores garantizan que las tortugas atrapadas serán tratadas debidamente para evitar la mortalidad posterior a su liberación.

La norma establece franjas de protección junto a la costa de 10, 15, 20 y 50 millas para embarcaciones artesanales, de mediana altura y altura. Las tortugas marinas se concentran en mayores cantidades cerca de la costa en donde encuentran sus hábitat de anidación, alimentación, zonas de descanso y rutas de migración. Al limitar las zonas de pesca, se evita el contacto entre las artes de pesca y las tortugas lo cual ayuda a disminuir la captura de las mismas.

Mamíferos marinos

A pesar de que el mar territorial mexicano es santuario ballenero y un refugio para muchos mamíferos marinos, muchas de estas especies no han estado a salvo de las prácticas pesqueras depredadoras.

La mayoría de las capturas incidentales de ballenas, delfines y marsopas (84 por ciento), ocurren en las redes agalleras. Estudios realizados en Sonora por Juan Pablo Gallo demuestran que las redes tiburoneras son la amenaza más grande que enfrentan los mamíferos marinos al interaccionar con pesquerías en nuestras costas: 52 por ciento de los enmallamientos de ballenas, delfines y lobos marinos se presentan en este tipo de redes, en tanto que otro 24 por ciento se dan en redes agalleras.

Los lobos marinos son la especie que más interactúa con las redes tiburoneras. Los lobos existen en la costa occidental de la península de Baja California y en las de Sonora y Sinaloa, precisamente en los lugares de más actividad de pesca tiburonera.

Estudios de enmallamiento y rescate de lobos marinos realizados por científicos mexicanos, demuestran que hasta 70.6 y 85 por ciento, respectivamente, de los enmallamientos corresponden a hembras de edad adulta.


Un delfín de flancos blancos, Lagenorhynchus obliquidens, es ayudado por un buzo para liberarse de una red tiburonera. Fotografía Greenpeace-México.

Los lobos quedan atrapados en las redes y no pueden escapar, por lo que mueren ahogados. Las hembras en edad reproductiva y las crías jóvenes son las que más caen en las redes, lo que dificulta aun más la supervivencia de la especie.

Sin embargo, con la entrada en vigor de la NOM 029, se prohibirá pescar durante todo el año en una franja marina de cinco kilómetros de anchura alrededor de las colonias de lobos marinos ubicados en las islas del golfo de California y costa occidental de la península de Baja California. Igualmente se prohíbe en los sistemas lagunarios de la costa occidental de la península de Baja California entre el 1 de diciembre y 30 de abril, para proteger a las ballenas grises. También en Bahía Banderas para proteger a las ballenas jorobadas; y quedó prohibido utilizar mamíferos marinos como carnada para la pesca de tiburones y rayas.

Todas estas disposiciones de la NOM 029, además de beneficiar a las pesquerías, ayudarán a disminuir dramáticamente la captura de las especies de tortugas y mamíferos marinos que se encuentran en peligro.

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