IDEARIO DE JUÁREZ
Yo sigo impasible viendo venir los acontecimientos sin cuidarme de otra cosa que de la defensa nacional, que es mi preferente deber mientras ocupo el puesto que la nación me ha señalado.
Los ricos y los poderosos ni sienten, ni menos procuran remediar las desgracias de los pobres. Aquéllos se temen y se respetan, y no son capaces de romper lanzas por las querellas de los débiles, ni por las injusticias que sobre ellos se ejerzan.
Podrá suceder que alguna vez los poderosos se convengan en levantar la mano sobre un pueblo pobre, oprimido, pero eso lo harán por su interés y conveniencia. Eso será una eventualidad que nunca debe servir de esperanza segura al débil.
Siempre tuerce los principios el que obscurece la verdad, para ocultar sus faltas en las tinieblas.
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