Dueño de un gran talento propio, se le recuerda como rival del músico de Salzburgo
Antonio Salieri: una vida a la sombra del genio de Mozart
En Semana Santa puede apreciarse en dvd la película Amadeus, donde se representa la rivalidad entre los músicos
El asueto invita a la reflexión de las teorías de Freud y la sexualidad femenina
Ampliar la imagen Virgilio calma a Cerbero, que resguarda la entrada al tercer círculo del Infierno, donde Dante ve a los envidiosos Foto: Ilustración de Gustavo Doré
La envidia es el gusano roedor del mérito y de la gloria, solía decir el filósofo inglés Francis Bacon.
Y nadie como el compositor Antonio Salieri (1750-1825) para saberlo, pues él sintió en sus entrañas ese silencio lleno de ruidos ante la obra de Wolfgang Amadeus Mozart.
No obstante ser un músico de valía y un compositor talentoso, Salieri pasó a la historia como el gran envidioso que plagió obras del genio de Salzburgo; inclusive se le acusa de haber envenenado al compositor de Don Giovanni, aunque no existe ninguna base documental para sostener esto.
Si, como dice Dante Alighieri en La divina comedia, la cura para la envidia es el amor, en estos días vale la pena hacer una revaloración de la obra de Salieri conformada por música sacra, clásica y óperas de primera calidad.
Este director de orquesta italiano pasó la mayor parte de su vida en la Corte Imperial de Viena para la que fue compositor y maestro de capilla. Durante su carrera tuvo como alumnos a futuros músicos destinados a ser famosos, como Ludwig van Beethoven, Franz Schubert y Franz Liszt.
Alrededor de 1790, Mozart, entonces en la cúspide de la fama, acusó a Salieri de plagio y de querer atentar contra su vida. Cuando Mozart dio a conocer Las bodas de Fígaro, la obra fue criticada negativamente tanto por el público como por el emperador; entonces el compositor volvió a responsabilizar a Salieri de su fracaso y de haber boicoteado el estreno.
"Salieri y sus acólitos moverían cielo y tierra con tal de hacerlo caer", comentó en ese momento el padre de Mozart. Pero en aquella época Salieri estaba ocupado en Francia con la representación de su ópera Les Horaces, por lo que algunos historiadores dudan de las posibilidades que hubiera tenido de decidir, desde aquella distancia, el éxito o el fracaso de una ópera.
La soprano italiana Cecilia Bartoli es en la actualidad una de las artistas que se han empeñado en revalorar a Salieri. En 2000 grabó un bello disco conformado por 13 arias: The Salieri Album (precio de lista 215 pesos).
También recomendamos echar un vistazo al poema Mozart y Salieri (1832), que escribió Alexander Pushkin (1799-1837). El poeta ruso es, quizá, el primero en abordar en la literatura la supuesta rivalidad entre los compositores (la obra se encuentra en la antología Poemas, editorial Gredos, precio de lista 540 pesos).
La pequeña pieza, entre poética y teatral, de Pushkin, de apenas 10 páginas, inspiró al compositor Rimsky Korsakov para hacer la ópera Mozart y Salieri (1898) donde plantea que el segundo envenena a Mozart por envidia.
En 1984 el escritor británico Peter Shaffer escribe la obra de teatro Amadeus, la cual es llevada a la pantalla grande por Milos Forman. Este filme recibió ocho Oscares (en las tiendas de discos se encuentra en formato DVD con fragmentos editados de la versión original, así como entrevistas con el cineasta y los actores, precio de lista 173 pesos). Amadeus, aunque inspirada en Mozart (interpretado por el actor Tom Hulce), plantea el punto de vista de un maquiavélico Salieri (F. Murray Abraham).
Además, precisamente este lunes se inicia en Buenos Aires la edición 30 de Festivales Musicales, el cual se sumará, durante todo el año, a las celebraciones mundiales por el 250 aniversario del nacimiento de Mozart. La novedad es que se incorporó al encuentro la figura de Antonio Salieri, de quien se estrenará Les Danaides en versión de concierto el 18 de octubre.
Las teorías de Freud
Diógenes, el historiador griego, en el siglo III antes de Cristo ya había dicho que la causa de la envidia es ver a otro gozar de lo que deseamos. En los años 30 del siglo XX, el sicoanalista Sigmund Freud retoma esta idea y lanza su provocador y controvertido argumento de "la envidia del pene" al plantear su radiografía de la sexualidad femenina.
Freud fue criticado por diversos movimientos feministas por definir a la mujer como un hombre sin falo y también por su teoría de considerar una perversión a la homosexualidad.
En el año en el que Alemania y el mundo celebrarán el 150 aniversario del nacimiento del creador del sicoanálisis, no es posible quedar fuera del debate en torno a estos temas.
Se recomienda, para abrir boca, los siguientes títulos: el tomo cuatro de las Obras Completas de Freud que incluye Tres ensayos para una teoría sexual (editorial Biblioteca Nueva, precio de lista 560 pesos); el tomo 13 de Obras Completas, Sicología de la vida erótica (en editorial Iztaccíhuatl, precio de lista 87 pesos); Vida y obra de Sigmund Freud, de Ernest Jones (Anagrama, precio de lista 740 pesos); Freud para principiantes, de Richard Appignanesi (Era Naciente, precio de lista: 115); Freud: el genio y sus sombras, de Louis Breger (Editorial Vergara, precio de lista 250 pesos).
En Berlín, los festejos en honor de Sigmund Freud no tendrán nada de convencional: un enorme pastel biográfico de cumpleaños forma parte de la original exposición titulada SICOanálisis, que se presenta en el museo Judío, para plantear un recorrido por el pensamiento, la obra y la vida del sicoanalista con el objetivo de explicar al gran público sus conceptos claves.
Sin ir tan lejos, túmbese en un diván esta Semana Santa para reflexionar sobre esa "malevolencia silenciosa, hostilidad fría y secreta, un deseo impotente, un rencor oculto y mortificante que nubla el pensamiento, quebranta la generosidad, rompe cualquier vestigio de paz y acaba marchitando el corazón" que es la envidia, según la describe el filósofo Joseph Epstein (el libro Envidia de este autor, en editorial Paidós, precio de lista: 315 pesos).
De los siete pecados capitales, la envidia es la primera que irrumpe en estas páginas, como pretexto para saborear estos días de guardar.