Riendo riendo y Pátzcuaro comiendo contiene refranes, recetas y leyendas del lugar
Recopilan en un libro saber popular y cocina tradicional de Michoacán
Mujeres de la localidad buscan perpetuar sus tradiciones, afirma Enrique Soto, autor del trabajo
Ampliar la imagen El lago de Cuitzeo, en Michoacán, estado rico en tradiciones gastronómicas y populares Foto: Fabrizio León Diez
Patzcuaro, Mich., 8 de febrero. "Toda mesa debe ser un altar", dice en una de sus páginas Riendo riendo y Pátzcuaro comiendo, libro en el que Enrique Soto González, cronista de esta ciudad, reunió no sólo las recetas de los platillos más conocidos de la región lacustre, sino también refranes, leyendas, hechos históricos y tradiciones que configuran la cultura popular de esta población.
El texto, comentado por el también escritor Rogelio Morales Macías y publicado por el Club Abejas, asociación civil altruista, fue presentado hace unos días en el contexto del segundo Encuentro de Cocineras Tradicionales de Michoacán, junto con un video de la primera edición de esta reunión culinaria y la cinta Pueblo de maíz, del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA).
"El camino para llegar al corazón del hombre es la mesa", dice otro de los refranes recopilados por Soto González, quien reunió éstos, las 55 recetas que dan cuerpo al libro y las historias locales de su relación con los grupos sociales de Pátzcuaro y de su continuo hurgar en libros, archivos y todo tipo de publicaciones.
El autor, quien presentó el libro en el Antiguo Colegio Jesuita de la ciudad, reveló que las recetas de Riendo riendo... fueron recogidas entre muchas mujeres de la localidad, quienes desearon transmitirlas a las siguientes generaciones para evitar su pérdida.
El Chino Soto, como también es conocido el cronista, incluyó las fórmulas de cómo hacer platillos como hongos con vino, enchiladas de nata, charape, chiles don Felipe, pulque almendrado, budín Tata Vasco, dulce de camote, polvorones de fruta de horno, tamales de almendra y atoles de cajeta, de zarza, grano, fresa azahar, membrillo y naranja.
Arturo Pimentel, quien prologa el texto, pone énfasis en que éste mezcla hábilmente el gusto por la comida con humor, nostalgia e historia, recordando que "los alimentos y los condimentos son necesarios para el alma y el cuerpo".
Tradiciones revolucionarias
Cada capítulo de Riendo riendo y Pátzcuaro comiendo está precedido por un refrán, una anécdota o un hecho histórico. La parte dedicada a los postres o dulces, por ejemplo, cita un dicho popular que en realidad es una advertencia: no te cases con extranjero, porque sólo busca criada o dinero.
Por ejemplo, una de las referencias históricas del arte de la cocina citadas en el libro de Soto González dice que el uso de manteles de lino, antaño muy extendido en las casas de las personas con recursos económicos, se debía a que la última cena celebrada por Jesucristo se sirvió en una mesa cubierta con un mantel de esta tela.
Una de las anécdotas recopiladas refiere que a principios del siglo pasado, en el periodo de la Revolución Mexicana (1910-17), el general Gertrudis Sánchez ordenó derribar, por razones militares, los hermosos fresnos que adornaban la plaza mayor o grande de Pátzcuaro.
Sin embargo José Carrillo Arriaga, uno de sus hombres cercanos y oriundo de esta población, le recordó que en esa plaza y entre esos fresnos había sido fusilada Gertrudis Bocanegra, heroína michoacana de la Independencia.
De inmediato, cuenta El Chino Soto, el militar revolucionario revocó la orden, reconociendo su precipitación y el grave atentado que iba a cometer contra la memoria de su tocaya y contra la ecología de la bella población lacustre.
El segundo Encuentro de Cocineras Tradicionales de Michoacán, organizado por el CNCA y las secretarías de Turismo de los gobiernos estatal y federal, reunió a más de 150 cocineras de las seis regiones del estado y medio centenar de gastrónomos, jurados, investigadores, empresarios y funcionarios públicos de turismo.