Samuel Alito dice desconocer los argumentos legales de las acusaciones contra Bush
Juez candidato a la Suprema Corte rehúsa opinar sobre las escuchas en EU
Washington, 10 de enero. El juez Samuel Alito, designado por George W. Bush para integrar la Suprema Corte estadunidense, rehusó el martes pronunciarse sobre la legalidad de las escuchas sin mandato judicial ordenadas por el presidente estadunidense, durante la audiencia en el Senado para ratificarlo en el cargo.
Para responder una pregunta sobre este tema "sería necesario que yo conociera los argumentos de las partes; sobre esa base se puede decir que está fuera de la ley, sobre esa base el presidente puede decir que lo que pasó estaba cubierto por la autorización de usar la fuerza en la guerra contra el terrorismo", declaró Alito.
El juez respondió así a una pregunta del senador demócrata Patrick Leahy, uno de los elegidos para interrogarlo sobre la legalidad de las escuchas realizadas en Estados Unidos por la ultrasecreta Agencia de Seguridad Nacional (NSA) con autorización de Bush después de los atentados del 11 de septiembre.
Alito, propuesto por Bush para la Suprema Corte, precisó que estimaba plenamente justificado que una víctima de las escuchas recurra a la justicia, puesto que "los tribunales sirven para eso, para proteger los derechos de los individuos frente al gobierno o quienquiera que viole sus derechos".
Agregó que es "muy probable" que la justicia federal, incluso la Suprema Corte, se involucren en el asunto de las escuchas.
El juez, ex funcionario del gobierno republicano de Ronald Reagan (1981-1989) que defendió en los años 80 una concepción de amplias prerrogativas del Ejecutivo, igualmente repitió el martes que "nada está por encima de la ley, ni siquiera el presidente".
Alito, de 55 años, es juez de un tribunal federal de apelación y se le conoce por su perfil conservador. Demócratas y grupos de defensa de los derechos civiles temen que su designación modifique el equilibrio actual en la Corte.
Los demócratas habían señalado que usarían las audiencias de Alito, que se prevé durarán varios días, para aumentar la presión sobre Bush por el controvertido programa de espionaje interno.