Usted está aquí: jueves 1 de septiembre de 2005 Gastronomía El mar de Baja California, microclima único para el buen vino

El mar de Baja California, microclima único para el buen vino

Ensenada, BC. Mucho hemos oído sobre las famosas franjas mundiales del vino. Estas corresponden a las áreas que se ubican entre los paralelos 30 y 50 grados, latitud norte, y entre los paralelos 30 y 40 grados, latitud sur. En el mapamundi se puede ver cómo la franja norte abarca Europa y se extiende al sur de Canadá, Estados Unidos y norte de México, pasando por medio oriente y algunas regiones de China y Rusia. Por su lado, la franja sur toca Australia, Sudáfrica, Chile, Perú, Argentina, Uruguay, Nueva Zelanda y Líbano, es decir, las principales regiones vitivinícolas del mundo.

Las condiciones climatológicas de estas latitudes hacen posible el desarrollo óptimo de la vid por sus temperaturas no extremosas y la posibilidad de insolación y lluvia. La parra no es una planta que prospere en climas tropicales. La temperatura influye en el proceso de maduración de la planta y, por tanto, en las características de los vinos, en sus aromas y su acidez. Las temperaturas ideales para el desarrollo de la vid oscilan entre 11 y 18 grados centígrados.

El bajo volumen de lluvia y el alto grado de insolación son ideales para que la planta esté estresada, es decir, siempre necesitada de agua, porque así todas sus propiedades se concentran en sus frutos, encerrando sus aromas y sabores al máximo.

En México hay regiones con condiciones que generan microclimas únicos. En la región vitivinícola de Baja California, por ejemplo, la proximidad del mar es una característica especial. De hecho, México fue el primer sitio de América donde se hizo vino. Los españoles trajeron las primeras viñas en 1524, y las crónicas de 1534 hablan de viñedos bien establecidos en Puebla y Michoacán.

En el norte del país, la plantación de viñedos corrió a cargo de los misioneros y de los expedicionarios, quienes se convirtieron de manera natural en productores. En este contexto, en 1593, Francisco de Urdiñola estableció la primera bodega en el valle de Parras, Coahuila. Ahí se produjo el primer vino de América hecho con fines comerciales.

Mireya Cuéllar, enviada

 
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