Inviable, el objetivo de lograr enseñanza de calidad en sociedades desiguales, señala

Necesario, revisar políticas educativas en AL ante la crítica situación: IIPE

Además de la pobreza surgieron otros fenómenos sociales en la región, revela el instituto

JOSE GALAN

A 10 años de haberse puesto en práctica las políticas de cambio estructural en América Latina, la situación social de la región no ha mejorado, y el impacto de las reformas educativas en términos de equidad es muy limitado, advierte el Instituto Internacional de Planeación de la Educación (IIPE), perteneciente a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y cuya sede está París, Francia.

Agrega que educar en la región es hacerlo en escenarios de extrema pobreza, de exclusión en sus grandes centros urbanos, de violencia o gran crisis de cohesión, y que se debe aceptar que el objetivo de una enseñanza de calidad para todos es inviable en sociedades cada vez más desiguales, fragmentadas y empobrecidas.

"La situación en América Latina es cada vez más crítica. A sus problemas de pobreza estructural se suma la creciente desigualdad y una crisis de cohesión social", afirma el IIPE. "Este nuevo escenario social impone una revisión de las políticas y estrategias educativas frente al desafío de garantizar la equidad en el acceso al conocimiento".

Advierte que los problemas de pobreza ya no son el resultado de un escenario económico caracterizado por crisis o inflación, sino que son constitutivos de las nuevas estrategias de crecimiento adoptadas por la gran mayoría de los países de la región. Además, considera que abordar hoy la cuestión social concentrándose en los problemas de la pobreza resultaría insuficiente, ante el conjunto de nuevos fenómenos sociales que se han desencadenado en años recientes.

"En el análisis de la situación social, el problema de la distribución de la riqueza se ha convertido en un tema central", continúa en el análisis Educación y equidad en América Latina, y sostiene que la permanencia y aumento de los niveles de pobreza, así como la agudización de los problemas de exclusión social en momentos de estabilidad o crecimiento de las economías, sólo se pueden interpretar como efecto de cambios en las pautas de distribución en favor de los sectores mejor situados".

Así, en la región no sólo se agravan las carencias en las familias más pobres, sino que se consolida un sector de la sociedad que vive con estándares de vida entre los más altos del mundo. Además, un segundo proceso se vino consolidando en los pasados 10 años debido a la depauperación de las relaciones laborales: la creciente vulnerabilidad de los sectores medios urbanos. Familias insertadas en el mundo del trabajo que obtienen ingresos adecuados como para permanecer fuera del universo de la pobreza, se enfrentan con una ausencia total de garantías respecto de su situación en el mediano y largo plazos.

El aumento de la inequidad en el acceso al bienestar, el proceso de reubicación de las familias en el espacio urbano en función de sus ingresos, y la pérdida de espacios públicos que permitan la interacción entre los diferentes sectores, se traduce en un creciente proceso de fragmentación social.

En síntesis, América Latina enfrenta los problemas relacionados con el acceso al bienestar -como la pobreza o la vulnerabilidad de los sectores medios-, además de otros nuevos que se expresan en sentimientos como incertidumbre, desconfianza o inseguridad, y otros comportamientos (individualismo, violencia o adicción).