Expertos abordan el tema en el número 51 de Cero en conducta

El deterioro educativo en México, porque el gobierno ha preferido 'actos de relumbrón"

El deterioro de la educación en México avanza porque este gobierno ha preferido "acciones de relumbrón" en vez de poner fin a inercias institucionales y a las complicidades políticas que rigen el sistema educativo, advierten investigadores educativos y profesores en la revista Cero en conducta.

La publicación señala que la baja calidad educativa es evidente en los pobres resultados obtenidos por estudiantes mexicanos en las pruebas internacionales, lo mismo que en las aulas, donde persisten altos niveles de ausentismo, maestros que dejan ejercicios para mantener ocupados a los alumnos y no para que aprendan, y directivos sin autoridad académica.

El número más reciente de la revista -editada por la agrupación Educación y Cambio- reflexiona sobre los resultados obtenidos por escolares mexicanos en el Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA) y analiza con amplitud la reciente reforma de la educación prescolar.

Los resultados de PISA 2003 ubicaron a los estudiantes mexicanos en el último lugar en desempeño escolar de los 29 miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y revelaron un retroceso en lectura y matemáticas en este gobierno.

El número 51 de Cero en conducta considera en su editorial que las respuestas de las autoridades educativas en torno a este problema fueron "evasivas, frívolas y decepcionantes" y demostraron que este gobierno está preocupado no tanto por lo que realmente se hace y se logra, sino por lo que se anuncia y difunde en los medios de comunicación.

Refiere que en la prueba de PISA, 52 por ciento de los estudiantes mexicanos mostró competencia insuficiente en lectura, mientras que sólo 4.8 por ciento alcanzó el nivel más alto. En matemáticas un alto porcentaje (65.9 por ciento) mostró competencia insuficiente; por contrapartida, el nivel más alto de la escala sólo fue logrado por una magra proporción de alumnos (0.4 por ciento).

Estos resultados demuestran que la baja calidad del aprendizaje es un problema generalizado y la desigualdad educativa, que se corresponde en buena medida con la desigualdad social, es muy grave.

La publicación lamenta que frente a esa situación el secretario de Educación Pública, Reyes Tamez, y el subsecretario de Educación Básica y Normal, Lorenzo Gómez Morín, se hayan dedicado a exaltar los signos positivos de la evaluación o a resaltar lo que les pareció útil para impulsar sus cuestionados proyectos.

También recuerda que las autoridades educativas de las entidades reconocieron que PISA 2003 fue una "seria llamada de atención", pero no explicaron cómo se van a comprometer a mejorar los resultados, o qué medidas concretas tomarán para mejorar la telesecundaria o la educación indígena, las dos modalidades más rezagadas.

Refiere que las reformas educativas van y vienen, pero las prácticas de enseñanza y evaluación tienden a permanecer inalteradas: su prioridad sigue siendo la transmisión de información y no el desarrollo de capacidades o competencias. "El objetivo de la enseñanza sigue siendo el aprendizaje de la gramática y la ortografía (antes que la formación de lectores) o el aprendizaje de algoritmos matemáticos (más que la formación de capacidades de análisis de información y de construcción o selección de estrategias y procedimiento para resolver problemas)."

No es, entonces, la falta de buenos programas de estudios, libros de texto adecuados, recursos didácticos o actualización lo que explica los resultados de aprendizaje de los alumnos mexicanos.

Afirma que el deterioro educativo avanza porque no se atienden los problemas de raíz, más aún, debido a la falta de políticas fundamentadas y firmes surgen problemas nuevos.

Claudia Herrera Beltrán