Policias: descomposicion y enfrentamientos
La madrugada de ayer, 24 elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) fueron detenidos por la Policía Municipal de Cuautitlán Izcalli, estado de México, en un caso más de enfrentamiento entre corporaciones policiacas. Vecinos del lugar alertaron a las autoridades locales sobre un grupo de personas que realizaban disparos al aire, las cuales resultaron ser los agentes federales, quienes alegaron estar investigando un caso de secuestro. Según la versión de la Procuraduría General de la República (PGR), sus efectivos fueron arrestados "arbitrariamente", con lo que se habría frustrado un operativo antisecuestro. Sea cual fuere la realidad, este hecho pone al desnudo la grave descoordinación entre los cuerpos policiacos del país, cuya inadmisible incapacidad de comunicación deja el campo libre a la delincuencia, al crimen organizado y a la inseguridad.
A decir de las autoridades mexiquenses, sólo cuatro agentes de la AFI se identificaron como tales y dieron una explicación sobre su presencia en la zona ųsin presentar documentos que acreditaran el operativoų, pero, lejos de aclarar su situación, por poco llegan al enfrentamiento armado con los municipales. Un agente del Ministerio Público ordenó su detención, debido a que en una casa había tres impactos de bala. La PGR sostiene que en un primer momento la policía municipal detuvo a cuatro integrantes de la AFI y que, al conocer ese arresto, otros 20 elementos federales se trasladaron al Ministerio Público para determinar la situación legal de sus compañeros, pero también fueron detenidos. Unos 200 efectivos de las Fuerzas de Acción y Reacción de la Policía Estatal fueron apostados a las afueras de la agencia del Ministerio Público de Cuautitlán Izcalli, lo que da una idea de la tensión que alcanzó la descoordinación entre la AFI y las autoridades estatales.
Es incomprensible que operativos de esa naturaleza se realicen sin una adecuada comunicación entre corporaciones, como ha venido ocurriendo; el antecedente más inmediato es el linchamiento de tres agentes de la Policía Federal Preventiva en San Juan Ixtayopan, cuya responsabilidad se siguen adjudicando mutuamente las instancias y los funcionarios locales y federales. Hay que recordar que esos uniformados supuestamente estaban investigando un caso de narcotráfico y luego se dijo que buscaban pistas sobre grupos armados. Por lo que hace a Cuautitlán, si los agentes de la AFI se identificaron plenamente, cabe preguntarse por qué fueron detenidos. ƑAcaso la policía municipal actuó para proteger y encubrir a una banda de secuestradores? Por el contrario, si los federales no se identificaron y la PGR tampoco informó a su contraparte mexiquense sobre el operativo, ello revelaría una falta de confianza entre cuerpos policiacos, así como de respeto hacia el poder estatal. El conflicto también podría apuntar a que las corporaciones actúan en for0ma análoga a las bandas juveniles, protegiendo cotos político-territoriales y potenciando los desencuentros interpartidarios, en este caso entre el PRI, que gobierna el estado de México, y el panismo que detenta el poder federal y controla, por ende, a la PGR.
La alarmante descomposición policial obedece, en suma, al uso político de las necesidades de seguridad pública: en vez de combatir con eficacia la delincuencia, los funcionarios de diversos partidos se amparan en esa tarea para reforzar sus cuotas de poder, provocando un deterioro de las instituciones, de suyo rebasadas por la criminalidad, como lo evidencia el descontrol en el penal de "máxima seguridad" de La Palma, actualmente rodeado por el Ejército, dada la incapacidad de la Policía Federal Preventiva para poner orden entre los reclusos.
Debe tenerse en cuenta que la confrontación de ayer pudo terminar en forma trágica, como ocurrió en el enfrentamiento de noviembre de 1991 entre miembros del Ejército y agentes de la entonces Policía Judicial Federal, siete de cuyos integrantes resultaron acribillados por los militares en el curso de un operativo en una pista de aterrizaje empleada por el narcotráfico, en Llano de la Víbora, Veracruz. Es oportuno recordar, por último, que la detención de los 24 agentes de la AFI se da unos meses después de que se anunciara la creación de un sistema de "coordinación de seguridad pública", para evitar la duplicidad de competencias. Ante este cuadro de falta de efectividad, comunicación y coordinación entre las agencias de seguridad, queda clara una de las razones principales del avance de la criminalidad organizada y de la creciente indefensión de la ciudadanía. Bajo el actual gobierno, la expresión "seguridad pública" aparece tan vacía de contenido como el término "cambio".
