México D.F. Lunes 8 de noviembre de 2004
Destacan la cortesía y sencillez que
caracterizó al poeta cubano, a 10 años de su muerte
Homenaje a Eliseo Diego en Bellas Artes
En su obra, los silencios son tan importantes como la
palabra, subraya Gutiérrez Vega
MERRY MAC MASTERS
''Eliseo Diego escribía poesía para que
las cosas permanecieran y para que no se perdieran las palabras. Y, como
en todo gran poeta, hay en Eliseo, además de palabras, silencios
tan valiosos como las mismas palabras", definió Hugo Gutiérrez
Vega al participar, ayer, en la última mesa del homenaje al poeta
nacido en La Habana en 1920, al cumplirse una década de su fallecimiento.
La
primera sesión sobre La obra de Eliseo Diego tuvo lugar el
sábado en la Casa Universitaria del Libro (Orizaba 24, colonia Roma),
donde también se inauguró una exposición fotográfica
y bibliográfica alusiva al poeta, mientras la segunda -El escritor
y sus amigos- se efectuó en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio
de Bellas Artes.
Gutiérrez Vega también observó sobre
la poesía de su colega ''la siempre presente infancia, lo aparentemente
pequeño, las cosas de todos los días y el espíritu
de la casa". Continuó: "En la Calzada de Jesús del Monte
(1949) es uno de los libros fundamentales de poesía moderna en lengua
castellana. Lo digo sin ninguna intención enfática. La palabra
fundamental es siempre gravísima y Eliseo era lo suficientemente
humilde como para reprocharme el uso de la palabra, pero qué se
joda. La uso".
Trajo a colación el grupo Orígenes con el
objetivo de recordar a personas como Lezama Lima, Cintio Vitier, Fina García
Marruz y Gastón Baquero, entre otros. "Para Lezama y Eliseo -siguió
Gutiérrez Vega- la poesía era una sorpresa. Cuando el poema
estaba ya terminado el primer sorprendido era el poeta, ya que se volvía
independiente de su autor. Se convertía en un objeto".
El libro de Eliseo que más le gustaba a Lezama
era Divertimientos (1946), en el que, "además de la profundidad
poética, está la gracia verbal y una visión jovial
del mundo y de la vida".
Gutiérrez Vega apuntó: "En Eliseo se unen
poesía y ética. Se realiza por completo la decencia humana.
Esto está clarísimo en Cuadernillo para vela".
Agregó: "Hemos hablado de Eliseo como hombre bueno,
pero hay que hablar de él como hombre decente, cosa muy difícil
de hallar en este mundo donde los indecentes ganan elecciones".
A su vez Eliseo Alberto, hijo del homenajeado, leyó
un fragmento de un texto muy emotivo escrito sobre su padre, que habla
de las circunstancias en torno a su muerte. Texto que Vicente Quirarte,
en su calidad de moderador, llamó "ya un clásico en ese género
tan difícil, que es hablar del padre". Sobre sus recuerdos del poeta,
apuntó: "Era como el niño nuevo de la cuadra al cual había
que llevar a que conociera nuestros sitios predilectos. Era ávido,
cortés, nos hacía el privilegio de compartir como si fuera
uno de nosotros. Pero, en el fondo, a los que estuvimos cerca de él
en los últimos años mexicanos, nos permitía que fuéramos
escuderos, que le acompañáramos en sus aventuras".
De acuerdo con Javier García Galiano, aunque Eliseo
Diego lamentaba que los escritores jóvenes no se acercaban más,
y que lo miraban con tanto respecto, veneración o personaje inaccesible,
tuvo trato con muchos escritores, no sólo en Cuba, sino también
en México.
Por su parte, el poeta Francisco Hernández leyó
el breve texto La eternidad por fin comienza un martes. Aunque fueron
anunciados, no acudieron a la mesa Diego García Elío, Felipe
Garrido y Rodrigo Johnson.
El homenaje de Eliseo Diego fue organizado por la Secretaría
de Relaciones Exteriores, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes,
el gobierno estatal de Jalisco y la UNAM. Para 2005 se prepara la publicación
de una edición iconográfica con materiales de diversos estudiosos
del escritor cubano.
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