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México D.F. Lunes 8 de noviembre de 2004
El fotógrafo recoge en Infraganti instantes espontáneos de personalidades del cine
Me gusta sólo la inmediatez: Chema Prado
En Mujeres de setenta, Lorena Alcaraz retrata a madre, tías y vecinas, con quienes convive
MERRY MAC MASTERS
Aunque las fotografías del español Chema Prado parezcan posadas, tal vez por los personajes del celuloide y el arte que las habitan, en realidad fueron tomadas de manera "casual", sin iluminación y, sobre todo, sin que el retratado lo supiera. De ahí el título de Infraganti que se designó a la exhibición de Prado en el Museo Universitario del Chopo, que concluyó este domingo.
El cineasta portugués Manoel de Oliveira se ve en el momento de recorrer otra muestra de Prado, sobre China. Pedro Almodóvar mira a su madre, cuya figura se refleja en un espejo. Marisa Paredes es captada en una actitud reflexiva en el pórtico de gloria de la Catedral de Santiago de Compostela. Bigas Luna sale de su casa en Tarragona. Jim Jarmusch y Sara Driver están en una galería, en el Soho de Nueva York.
Claro, hay sus excepciones. Bernardo Bertolucci leía un libro, pero al percatarse de las intenciones de Prado, giró su cuerpo. Durante el rodaje de la película Pasos de baile, de John Malkovich, un Javier Bardem, caracterizado a la Clark Gable, hace un chiste al ver la cámara. Julian Schnable también hace un gesto.
Esas y otras más son las personas "próximas" al fotógrafo, con 30 años de oprimir el botón. Prado también es director de la Filmoteca de Madrid, a la vez que miembro del comité directivo del Festival de Cine de San Sebastián. "Nunca he quedado con nadie para hacer fotos, ni he iluminado", insiste el entrevistado. "Me gusta sólo el momento, la rapidez, la inmediatez. Trabajo mucho con Polaroid no profesional y tengo el hábito de siempre llevar una cámara conmigo", agrega. Otra exposición reciente de Prado, Cautivos, tiene que ver con las personas que miran pintura en los diferentes museos del mundo.
En cambio las protagonistas de las fotos de la mexicana Lorena Alcaraz son Mujeres de setenta, otra de las muestras exhibidas en el Chopo. Aquí no hay artistas o escritoras, sino la madre y las tías de la fotógrafa, así como las vecinas campesinas, ya que su familia es de Tlaxcala, pero sacadas de su contexto cotidiano para "verlas con el valor que tienen". En fin, son las féminas que "viven conmigo y que me permiten entender la vida para cuando tenga su edad. En mi trabajo siempre me busco".
Alcaraz siente gran respeto por la fuerza femenina y el cuerpo de la mujer en todas sus etapas. Primero, sus dos hijas la impulsaron a trabajar imágenes relacionadas con la fertilidad. Ahora volteó la mirada hacia su madre, que acaba de cumplir 70 años, pero a quien observa como una "eterna niña".
Miradas plásticas
Respecto de su exposición Visitas inesperadas, el argentino Gil Mariño ya ha pintado de modo abstracto, expresionista, porque "el estilo no me interesa. El estilo es lo que sucede en la serie en turno". Trata de vivir lo que sucede en cada momento del arte y la pintura en relación con su persona. Ahora ha tomado a una cantidad de pintores emblemáticos -Picasso, De Chirico, Van Gogh, Bacon...-, ligados con su historia como argentino, para ofrecer una relectura de ciertos cuadros suyos. Mediante esos pintores invita al espectador a mirar su obra, para después darse cuenta de una violencia inherente muy latinoamericana.
El joven pintor queretano Rafael Rodríguez también es retratista, pero no por encargo: "Elijo a los personajes por alguna característica en especial, los invito a mi estudio y los retrato. Por lo general son personas que conozco y, por tanto, sus características, las cuales trato de acentuar. Por eso utilizo un doble lenguaje, como el de las manchas. En un cuadro en particular la figura, inclusive desfasada del centro, es el único pretexto para sostener las manchas". La muestra de Rodríguez, Retratos y exvotos, en realidad incluye sólo un exvoto.
Tras haber recorrido diversos lugares de México, el artista francés Gérard Moschini eligió fragmentos de la realidad, a la que describe como caos visual, para configurar una serie de imágenes metafóricas que exhibe bajo el título de Trampa de sueños, integrada por pintura, grabado e instalación.
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