México D.F. Lunes 8 de noviembre de 2004
Lenta resurrección del este de Alemania
Persisten rezagos a 15 años de la caída del muro, pese a la inyección de capitales
DPA
Berlin, 7 de noviembre. El este de Alemania tuvo una profunda transformación desde la caída del Muro de Berlín, hace ya 15 años. En el territorio en el que gobernaba el régimen comunista, hoy impera la economía de mercado y se han establecido nuevas infraestructuras que se cuentan entre las más modernas de Europa.
En lo que a principios de los años 90 era una región subdesarrollada, en comparación con la media europea, ciudades como Leipzig o Dresde han conseguido atraer multimillonarias inversiones de grandes empresas del sector automotriz, como BMW, Porsche o Volkswagen, o de fabricantes de chips como AMD.
La misma Berlín parece recuperado de décadas de división a causa del muro y se cuenta ya entre las capitales más atractivas de Europa. El proceso de cambio del este de Alemania continúa y se paga un fuerte precio por él: desde 1989 han fluido al territorio de la extinta República Democrática Alemana (RDA) subvenciones por mil 900 millones de dólares.
Pese al esfuerzo invertido, en términos generales el este está todavía en desventaja frente al resto del país y afronta graves problemas. El primero es el desempleo. Mientras en el oeste la tasa de desempleados no supera 8 por ciento de la población activa, en la ex RDA alcanza 18.
Un estudio publicado el año pasado por encargo del gobierno alemán reveló que de los 15 millones de habitantes germano orientales sólo 40 por ciento trabaja. Y dentro de éstos son muchos los que viven con un empleo mal remunerado que en el oeste o que reciben una subvención.
Según el Instituto de Estudios Económicos, 47 por ciento de los adultos en el este de Alemania sale adelante gracias a ayudas estatales. En una entrevista, el ministro Manfred Stolpe, encargado de la reconstrucción del este, consideró que se necesitarán todavía 15 años de inyecciones financieras "hasta que los paisajes en todo el este se hayan desarrollado".
Mientras tanto, la falta de oportunidades ocasiona emigraciones en la región, sobre todo de gente joven, algo que plantea nuevos problemas. "El este de Alemania afronta la amenaza de un envejecimiento dramático de la población y la pérdida de personas bien formadas y buenas cabezas", se afirma en el informe, el cual fue obra de una comisión de expertos presidida por el asesor gubernamental Klaus von Dohnanyi.
Las noticias negativas siembran la desilusión entre los habitantes de la ex RDA. El éxito electoral en septiembre de partidos de extrema derecha, en las regiones germano orientales de Sajonia o Brandeburgo, fue interpretado por los analistas como un gesto de protesta en vista de la falta de soluciones por parte de los grandes partidos tradicionales.
Además, el gobierno rojiverde del canciller Gerhard Schroeder se ha visto confrontado con protestas frecuentes y multitudinarias en el este de Alemania tras la aprobación de su reforma del mercado laboral, conocida como Hartz IV, la cual prevé un considerable recorte en los subsidios estatales para los desempleados crónicos.
Según una encuesta del Instituto Emnid, 47 por ciento de los germano orientales no ve posible que sus condiciones se equiparen a las del oeste. El presidente federal Horst Koehler agitó el debate hace pocas semanas al afirmar que posiblemente, como en muchos otros países, ambas regiones tendrán que vivir para siempre con diferentes niveles de desarrollo.
Años después de la caída del Muro de Berlín, el ex canciller democristiano Helmut Kohl, artífice de la reunificación, reconoce que en todo el proceso se cometieron errores de base. Entre los más citados está el establecimiento de un tipo de cambio 1 a 1 entre el marco alemán y el marco germano oriental, algo que supuso la estocada final para la débil industria del este y que trajo fuertes cargas al oeste.
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