México D.F. Lunes 8 de noviembre de 2004
Tardó dos años en delinearse y
aún requiere de reformas que no han sido aprobadas
Nueva política farmacéutica, otro pendiente
atorado del foxismo
La industria del sector y el IMSS presionan para que
se puedan importar medicamentos
ANGELES CRUZ MARTINEZ
Más
de dos años le ha tomado al gobierno foxista delinear la política
farmacéutica integral y, aunque según la Secretaría
de Salud (Ssa) empezará a operar formalmente en este mes, lo cierto
es que la estrategia con la que se pretende mejorar la calidad, eficacia
y seguridad de los medicamentos que se consumen en el país está
atorada por las reformas legales pendientes de discutir en el Congreso
de la Unión, sin las cuales carece de razón de ser.
En el diseño del nuevo programa han permeado los
intereses de la industria farmacéutica y de otros sectores, como
los que pretenden incorporar a la normatividad mecanismos para facilitar
la compra de fármacos en el extranjero. Con la aparente finalidad
de obtener un ahorro económico se golpearía a la industria
nacional y se pondría en riesgo la salud de los pacientes por la
falta de certeza sobre la calidad de los productos traídos del exterior,
advirtió Gustavo Hernández, director de Comercialización
de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación
Farmacéutica (AMIIF).
Este tema ha sido motivo de añeja discusión
en el sector salud, a la cual se buscó poner fin durante el pasado
periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión. Los legisladores
aprobaron la modificación del artículo 222 de la Ley General
de Salud (LGS), para incluir en este ordenamiento la obligación
de contar con una fábrica instalada en el país como condición
indispensable para poder comercializar cualquier medicamento comprado en
el extranjero.
Actualmente este requisito está incluido en el
Reglamento de Insumos para la Salud (RIS), como parte de los trámites
de obtención del registro sanitario y de la autorización
para vender el producto. Se buscaba elevarlo a rango de ley con la finalidad
de evitar que en cualquier momento, con alguna acción legal, se
buscara dejar sin efecto esta disposición, explicó Hernández.
Sin embargo, el presidente Vicente Fox vetó la
iniciativa, a pesar de que ésta contaba con el apoyo de la Ssa y
de los empresarios. Es, de hecho, uno de los temas en los que existe pleno
acuerdo entre las partes.
En este asunto, el Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS) juega un papel protagónico, aseguró Hernández.
En diversos foros su director general, Santiago Levy Algazi, se ha manifestado
por que se cuente con los instrumentos legales que le permitan adquirir
fármacos a precios más bajos.
Ante los senadores, el pasado 29 de septiembre, el funcionario
explicó que se requiere fomentar la competencia entre proveedores,
inclusive externa, para obtener precios más accesibles de las medicinas.
El mercado mexicano "es un poco oligopólico", lo cual impide que
los recursos ahorrados por el Seguro Social, a partir de las modificaciones
legales, se destinen a otros rubros que no sean la compra de medicinas,
señaló.
"Hay un problema para determinar cuál es el medicamento
que cumple con el objetivo que se busca (de aliviar alguna enfermedad)
y, al mismo tiempo, no se adquiera un producto de patente con un precio
exorbitante, que únicamente beneficia al laboratorio (que lo vende)",
apuntó el funcionario, y mencionó que existe una "agenda
regulatoria y legislativa donde se puede avanzar".
Para Hernández, ésta podría ser la
explicación del veto de Fox a la reforma del artículo 222
de la LGS. Tal vez, comentó, el Seguro Social está interviniendo
para que el requisito de planta no pase. Preocupa que en un futuro se abra
la puerta, se olviden la calidad y los riesgos sanitarios, en aras de un
ahorro mal entendido, apuntó.
Al respecto, Alberto Frati, gerente de medicamentos de
la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios
(Cofepris), afirmó que la Ssa apoya la iniciativa de ubicar en la
ley el requisito de planta. Aunque no supo explicar la razón del
veto presidencial, dijo que la Ssa está obligada a garantizar, "con
los medios a su alcance", la seguridad de los medicamentos existentes en
el país.
Para el funcionario, la intención del IMSS "se
justifica. Hay que entenderlo bajo una buena intención, la económica,
aunque no siempre va aparejada a la calidad y la seguridad".
Actualmente, la iniciativa se analiza de nuevo en la Cámara
de Diputados, donde los legisladores buscan que el requisito de planta
se incluya en otro artículo de la LGS.
Reformas legales pendientes
Desde el año 2002, el titular del Ejecutivo presentó
el primer proyecto para reformar la LGS con el propósito de ampliar
el mercado de medicamentos genéricos intercambiables, de menor precio
e igual calidad y eficacia terapéutica que los productos innovadores.
La propuesta de modificación de ley -actualmente
en el Senado de la República- plantea limitar a cinco años
la vigencia de los registros sanitarios y que la totalidad de los medicamentos
acrediten las pruebas de intercambiabilidad que aseguren su efectividad
en el alivio de enfermedades.
Alberto Frati explicó que éste es el primer
componente de la política farmacéutica integral. La iniciativa
surge de la necesidad de depurar los registros sanitarios, debido a que
algunos existen desde 1929 y suman alrededor de 40 mil, de los cuales apenas
11 mil se encuentran en el mercado.
A pesar de su importancia para la economía de las
instituciones y la salud de los mexicanos, la iniciativa se quedó
a la zaga de otros proyectos de reforma que llegaron al Congreso meses
después, pero que ya fueron aprobados e inclusive están vigentes
desde enero de 2004. Es el caso de la creación del Sistema Nacional
de Protección Social en Salud y la institucionalización del
Seguro Popular.
Un segundo componente de la nueva estrategia es el acceso
de las personas a las medicinas. Según Frati, este problema se resolverá
una vez que todos los medicamentos tengan las pruebas de intercambiabilidad.
La existencia de fármacos de calidad y a precios más bajos
permitirá a las instituciones elevar su capacidad de compra. Previamente,
se han estado revisando los procesos administrativos de compra y distribución,
para abatir los costos y "corregir algunas anomalías".
El tercer elemento de la política tiene que ver
con diversos aspectos planteados por la industria farmacéutica en
cuanto a regulación de la calidad, las recetas, las farmacias y
las patentes. Este último, según el funcionario de Cofepris,
"no es materia de la política farmacéutica, pero también
se abordó".
Que éste es uno de los principales diferendos entre
las autoridades y los fabricantes. Las empresas trasnacionales solicitan
que la Ssa otorgue registros sanitarios únicamente a quienes acrediten
ser dueños de la patente o posean los derechos de la licencia, o
bien que la patente ya haya expirado.
Gustavo Hernández opinó que al otorgar los
registros sanitarios sin vincularlos con la patente "se da entrada a los
competidores para que realicen pruebas, importen materias primas o medicamentos,
e inclusive los fabriquen cuando la patente aún está en vigor".
La inconformidad de los industriales se origina por lo
dispuesto en el RIS, respecto a la posibilidad de que fabricantes nacionales
obtengan el registro de algún medicamento cuya patente venza en
los siguientes tres años, con la finalidad de que adelanten algunos
pasos del proceso de elaboración de los fármacos y puedan
empezar a venderlos al día siguiente del vencimiento de la patente.
Sobre el tema, la Ssa, por conducto de la Cofepris, afirma
que el meollo del asunto son las ganancias comerciales y que no habrá
marcha atrás.
Entre otras iniciativas relacionadas con la política
farmacéutica y que están pendientes de discusión en
el Congreso de la Unión, se encuentra la que pretende prevenir y
sancionar como delito grave la falsificación de medicamentos.
Alberto Frati comentó que la política farmacéutica
que consta de más de 100 metas y 30 estrategias generales, y "de
la que sólo falta afinar los últimos detalles", también
involucra algunos aspectos de regulación de los medicamentos herbolarios
y los suplementos alimenticios. En la actualidad, los fabricantes únicamente
tienen que avisar a la Ssa que su producto saldrá al mercado. En
adelante tendrán que informar con claridad sobre los componentes
de sus mercancías.
El funcionario resaltó que entre las metas de largo
plazo de la nueva política farmacéutica está la de
tener personal capacitado en las farmacias y asegurar que se respetarán
las recetas médicas, lo cual significa que no se sustituirá
ni se podrá adquirir algún fármaco sin la presentación
de este documento expedido por el médico.
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