México D.F. Lunes 8 de noviembre de 2004
Voceros de Marina niegan que haya acuerdo
Armada: "falso", que EU vigile plantas de Pemex
La seguridad en Campeche es nuestra tarea, afirman
JESUS ARANDA
La Armada de México desmintió ayer las declaraciones del secretario de Energía, Fernando Elizondo, de que Estados Unidos participa en la vigilancia por aire y mar de las instalaciones petroleras nacionales. "La vigilancia y seguridad de la sonda de Campeche es de exclusiva responsabilidad nuestra", aseveró.
Voceros de la Secretaría de Marina señalaron lo anterior y afirmaron que las declaraciones de Elizondo son "responsabilidad de la Secretaría de Energía". Agregaron que no existe ningún acuerdo o convenio con el gobierno estadunidense que permita a sus tropas ingresar al espacio aéreo o marítimo de México, aun cuando se trate de evitar actos "terroristas" contra instalaciones petroleras nacionales.
A pesar de que los funcionarios evitaron polemizar con Elizondo, dejaron en claro que no es cierto que fuerzas armadas extranjeras participen en la vigilancia de puntos estratégicos nacionales.
Es más, la sonda de Campeche está delimitada por un polígono de seguridad formado por un área de exclusión -de aproximadamente 200 kilómetros cuadrados- a la que no tiene acceso ninguna nave o barco, nacional o extranjero, precisamente como parte de las medidas para garantizar la seguridad de los pozos petroleros de la zona, ante la posibilidad de algún atentado, subrayaron.
Los funcionarios de la Armada declararon ayer a La Jornada que Estados Unidos no tiene nada que hacer en la zona.
Cabe recordar que en los últimos años la Secretaría de Marina ha reforzado su presencia en la sonda de Campeche, de donde se extrae cerca de 80 por ciento del crudo nacional, además de que las más recientes adquisiciones de su equipamiento las ha destinado precisamente para esa zona; asimismo, los mejores buques de guerra tienen como encomienda la vigilancia de la región.
En este contexto, destaca la reciente adquisición de dos patrullas misileras Aliya, de fabricación israelí, que fueron destinadas precisamente a la Fuerza Naval del Golfo. Estas constituyen el armamento más moderno de los marinos mexicanos, toda vez que tienen capacidad para disparar misiles a objetivos aéreos o marítimos a gran distancia. Además, los radares que poseen permiten advertir la presencia de blancos "enemigos" a una distancia suficiente para repeler eventuales ataques "terroristas".
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