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México D.F. Domingo 7 de noviembre de 2004
"Debemos ponernos en el lugar del embrión
y no de los científicos", dice cardenal
La clonación ataca "la dinámica sexual",
señala la Iglesia católica
Lo que se produciría, manipularía y destruiría
no son cosas sino seres humanos, argumenta
ALMA E. MUÑOZ
La Iglesia católica ratificó su rechazo
a la clonación en cualquiera de sus formas, por considerar su procedimiento
un ataque a la vida humana y a la dinámica sexual y procreadora
en la que el hombre se desarrolla. La intención del Consejo de Bioética,
recientemente creado por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM),
es justamente promocionar, a partir de los dictados del Vaticano, los problemas
éticos que ponen "en riesgo" la concepción. Entre ellos,
el considerar "como material de almacén o fuente de tejidos y órganos"
a las células madre que, según la explicación científica,
ayudarían a encontrar remedio a enfermedades hasta hoy incurables.
El
presidente del Consejo Pontificio para la Familia, el cardenal Alfonso
López Trujillo, sostuvo en un análisis que la "complejidad
moral de la clonación se puede comprender mejor si se tiene en cuenta
que lo que se produciría, manipularía y destruiría
no son cosas sino seres humanos como nosotros".
Un modo de afrontar dicha cuestión, según
el jerarca, es "ponerse en la situación del embrión y no
en la de los científicos que clonan: desde luego, a nadie le gustaría
venir al mundo en un laboratorio, en vez de ser el fruto de la unión
de sus progenitores. Como tampoco resultaría muy agradable ser un
superviviente de decenas o centenares de hermanos gemelos eliminados como
defectuosos. Y menos agradable aún resultaría ser luego manipulados
para producir piezas, por ejemplo riñones, que necesitara algún
otro; ni morir después de esta breve y sufrida vida producida precisamente
con esa finalidad".
Para los religiosos, el ser humano existe desde el momento
mismo de la fecundación. Por tanto, desde el punto de vista moral,
defienden que tanto los embriones engendrados en proceso natural de fecundación
humana como en laboratorio, "tienen los mismos derechos".
El cardenal Trujillo afirmó en su análisis
que el embrión, desde el momento de la concepción, "se presenta
como una entidad dotada de autonomía, que en su desarrollo progresa
inmediatamente de una manera gradual, continua, armónica. Se trata
de un organismo que progresa sin interrupción, según el programa
trazado en su genoma. Así llega a ser sucesivamente, sin intervención
directa desde fuera, cigoto, mórula, blastocito, embrión
implantado, feto, niño, adolescente y adulto. Si esto acontece en
la fecundación natural, ¿por qué no sucedería
lo mismo en la clonación?"
La CEM sostiene que es necesario insistir en la responsabilidad
ética y social implicada en la actividad científica, y a
ello respondió la determinación de crear el Consejo de Bioética,
en colaboración con especialistas de diversos campos, que dependerá
de la Comisión Episcopal de Pastoral Familiar. Su objetivo principal
defender desde todos los ámbitos, la "cultura de la vida". Y confían
que la Cámara de Diputados, en los próximos días,
vote el rechazo a la clonación humana en México, con lo cual
el país se sumaría a la lista de naciones que apoyarían
la propuesta inicial de Costa Rica para que la Organización de las
Naciones Unidas prohíba este método en cualquiera de sus
formas.
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