Un mes después se renovaría la dirigencia partidista

Gobernadores y CEN del PRD piden a bejaranos no impedir el congreso

RENATO DAVALOS

Preocupados por la coyuntura económica y los intereses de una deuda partidista por la que este año se pagarán al menos 160 millones de pesos entre amortizaciones al capital e intereses, los gobernadores y la directiva perredista acordaron persuadir a la corriente de los bejaranos para que desista en su demanda ante la Comisión Nacional de Garantías, por la que impugnó la celebración del congreso nacional de febrero de 2005, antesala de la renovación del comité un mes después.

Si no hay acuerdo en los próximos 15 días, ese congreso no podría realizarse, comentaron varios de los asistentes al encuentro de ayer entre los mandatarios perredistas Andrés Manuel López Obrador (Distrito Federal), Amalia García Medina (Zacatecas) y Leonel Cota Montaño (Baja California Sur), con varios integrantes del comité ejecutivo, encabezados por el presidente nacional, Leonel Godoy Rangel.

El impedimento a ese congreso llevaría al perredismo a renovar en condiciones altamente costosas la dirigencia, situación prevista para marzo, .

Después de la presentación del libro de Andrés Manuel López Obrador, en el Museo de la Ciudad de México, los perredistas se trasladaron a un hotel de Reforma para repasar la situación interna partidista, no sólo política sino económica, y también el tema del desafuero del jefe de Gobierno de la ciudad de México y la ''ofensiva que ha emprendido el gobierno federal en nuestra contra'', señalaron varios de los asistentes.

En relación con este último asunto se convino una próxima reunión con López Obrador para diseñar una estrategia conjunta que pase por encima de los diferendos y problemas operativos que se han apreciado en las recientes semanas.

El comité ejecutivo presentó un diagnóstico de la circunstancia financiera a la que hace frente el PRD, y que este año implicó pagos de más de 160 millones de pesos para atender la deuda superior a los 409 millones que dejó Rosario Robles Berlanga. A ello se suma la multa que impuso el Instituto Federal Electoral por 45 millones, al detectarse irregularidades en las campañas de 2003.

En la coyuntura, los perredistas hacen frente a un juicio mercantil de cuatro empresas oaxaqueñas, con orden de desalojo del edificio de Monterrey 50, si no se cumple con los contratos que amparan 20 millones de pesos.

En este contexto, ayer se reconoció que el programa de captación adicional de recursos entre gobernadores, funcionarios y militancia no ha funcionado como se previó originalmente. Hace un par de consejos nacionales los perredistas convinieron en que por esta vía de recaudación excepcional se obtendrían al menos 30 millones de pesos.

El caso del congreso es muy complicado para el PRD. La reforma estatutaria del congreso de marzo aprobó un clausulado que obliga al comité ejecutivo a la realización de un listado de electores para renovar la dirigencia y, a partir de él, cambiar a los mil 100 delegados.

Hay un acuerdo en principio entre cuatro corrientes -Unyr, Chuchos, Amalios y Redires- para que en el congreso convocado para febrero se reformen los estatutos y puedan salvarse esos requisitos. La depuración del padrón tendría un costo de 35 millones de pesos, pues tiene que hacerse por correo certificado y pulsar entre los cuatro millones de registrados en el padrón quiénes continúan en el partido.

La renovación de delegados para el congreso costaría al menos 12 millones de pesos, cifras impagables para el sol azteca en las actuales condiciones. Ante esa circunstancia, se aprobó entre las cuatro corrientes la convocatoria al congreso para reformar esas cláusulas y elegir a los nuevos presidente y secretario general a partir de una convención de delegados, para no repetir las experiencias de 1999 y de 2002.

Los bejaranos quieren un proceso universal y directo. Para ello impugnaron la convocatoria y han amenazado con recurrir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con la convicción de que les daría la razón, según los propios integrantes del resto de las corrientes.

Tanto López Obrador como García Medina y Cota Montaño ofrecieron hablar con todas las corrientes para mantener la unidad partidista. ''Hablaremos con quien sea para que el partido siga adelante'', dijo el jefe de gobierno capitalino.

Hay bases para estar optimistas, expresó López Obrador. Hay crecimiento electoral y las deudas se están pagando. Ello quiere decir que el ''partido marcha'', indicó.