México D.F. Sábado 6 de noviembre de 2004
LA OTRA EUROPA
Gloria Muñoz Ramírez
UNA TIENDA EN LA que todo es gratis y en la que se puede conseguir desde una vajilla hasta una computadora o unos skis es parte del centro autónomo de Freiburg, ciudad del suroeste de Alemania, en la que los jóvenes se organizan para sacar provecho de un sistema absurdo que desecha mercancías en buen estado para alimentar el consumismo.
El centro autónomo KTS (Kultur und Tagesstätte) ha sido visitado por toda la prensa alemana. Los periodistas realizan reportajes acerca de una inaudita tienda en la que se pueden dejar y llevar cualquier tipo de objetos sin ningún costo.
La mayor parte de las personas que acuden a esta tienda libre son migrantes o jóvenes de la ciudad. Las señoras van en busca de una olla o de ropa para sus hijos. Entran a la tienda, escogen lo que desean y cuando preguntan por el costo se sorprenden cuando les dicen que no es nada. Los jóvenes pueden encontrar una enciclopedia, un monitor de computadora, un balón de basquetbol, una chamarra o unos patines que ya no le sirven al capitalismo. Todo como parte de un proyecto que se fundamenta en la adquisición de cosas sin dinero de por medio.
El KTS es un espacio de jóvenes que nació en marzo de 1994, al calor de la insurrección zapatista de Chiapas. Tuvieron cuatro diferentes espacios en la ciudad de Freiburg hasta ocupar el actual, a un lado de las vías del tren. El edificio era una oficina de los ferrocarriles y se encontraba vacío hasta que cientos de jóvenes decidieron aprovecharlo para crear un centro autónomo.
Además de la tienda, el KTS cuenta con un centro de información con libros, revistas y folletos de los diferentes movimientos antineoliberales, un Internet libre, una sala de conciertos, un espacio para producir videos y una cocina popular en la que se ofrece comida a costos mínimos.
Otra característica de este centro es la enfermería diseñada para atender a los heridos durante las manifestaciones. Aquí se organizan también cursos de primeros auxilios para que los jóvenes se puedan atender entre ellos mismos durante las represiones.
El espacio de la enfermería funciona también como despacho en el que se ofrecen consultas jurídicas gratuitas a migrantes en peligro de ser expulsados y a activistas detenidos o citados por la policía.
A una manifestación los jóvenes de Freiburg acuden con su propio equipo médico, con sus medios de comunicación y con gente que los asesora jurídicamente por si son detenidos. No siempre están todos en el lugar y tiempo adecuados, es cierto, pero esa es la idea.
Un centro autónomo organizado fuera de los espacios de la política tradicional, sin identificación con partidos ni instituciones oficiales, es visto como una amenaza para los poderes locales. Los colectivos que trabajan en este espacio por Cuba, por la ecología, por Chiapas y por la lucha antiatómica son presionados para que abandonen el lugar.
Recientemente las autoridades de la ciudad y los empresarios ferrocarrileros dieron un ultimátum a los activistas para que entregaran este espacio conquistado. Se organizaron entonces una serie de manifestaciones, conciertos y bloqueos de las vías del tren para defenderlo. La gente de la ciudad los apoyó y consiguieron movilizar a más de 5 mil personas en el centro de esta pequeña ciudad. Se consiguió detener la amenaza.
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