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México D.F. Viernes 5 de noviembre de 2004
Se requieren cambios de política económica y mejoras tecnológicas, concluyen en foro
Pese a desnacionalización creciente, podría rescatarse la ganadería nacional: expertos
MATILDE PEREZ U.
En la década pasada cayó estrepitosamente la producción ganadera; a la fecha se adquiere en el extranjero la mitad de la demanda de carne de bovino y 85 por ciento de la de leche, de modo que por cada dólar de productos pecuarios exportados se importan seis dólares, se destacó en la quinta Reunión Nacional de Investigadores en la Problemática Económica Pecuaria, organizada por la Universidad Autónoma de Chapingo (UACh).
Sin embargo, investigadores y asesores de ganaderos consideraron que si hay un cambio en la política económica y agropecuaria, mayor sensibilidad de las autoridades, y los ganaderos introducen mejoras tecnológicas, en el país se podrá revertir la situación. Aunque hubo quien, como Hermilo Suárez Domínguez, del Departamento de Zootecnia de la UACh, advirtió que el modelo ejidal ganadero está agotado, "ya no tiene futuro; el modelo de ejido fue una buena decisión, pero ya no funciona".
A los propietarios privados les recomendó conservar sus tierras, y a los interesados en iniciar actividades ganaderas con una visión de mercado les advirtió que si no lo hacen ahora y en menos de cinco años, los oligopolios los desplazarán. "El futuro de la ganadería del país y de los técnicos depende de que los productores conserven sus propiedades y aprendan a asociarse".
Víctor Palacios Muñoz, del Centro de Investigaciones Económicas, Sociales y Tecnológicas de la Agroindustria y la Agricultura Mundial (CIESTAAM), mostró la concentración de la producción mundial de carne de bovino, del mercado y del consumo. En 2003, 91 por ciento de la producción, 98 de las exportaciones y 91 del consumo se concentró en 26 países, entre ellos Brasil, Argentina, México, Estados Unidos, Canadá, India, Australia y la Unión Europea.
La producción avícola nacional ya también está altamente trasnacionalizada, dijo Francisco Alonso Pesado. Hace dos años, las empresas Bachoco, Pilgrim's Pride y Tayson aportaron 52 por ciento de la producción, 33 compañías medianas contribuyeron con 34 por ciento y 161 pequeñas empresas entregaron 14 por ciento; hay una tendencia a la concentración y posiblemente se llegue a una situación similar a la de Paraguay, en donde una sola empresa aporta 94 por ciento de la producción de pollo.
Agregó que las asimetrías en la producción frente a Estados Unidos son marcadas: en 2002, los avicultores estadunidenses produjeron 14 millones de toneladas y los mexicanos 2.2 millones, a un costo de producción por kilogramo de 4.88 y 8.04 pesos. Esa diferencia, explicó, se debe a que los insumos -pasta de soya, grano y biológicos veterinarios- son importados, y ello afecta más a los pequeños y medianos productores.
Al presentar las experiencias de producción de ganado bovino en las zonas indígenas de Nayarit y Oaxaca, y de pequeños propietarios en Misantla, Veracruz, los investigadores y asesores ganaderos puntualizaron que los productores, en el caso de Nayarit y Oaxaca, requieren modificar costumbres e introducir tecnología, mientras que los de Misantla deben intensificar el uso de tecnología para hacer más productivas sus unidades y obtener utilidades.
A los productores indígenas y campesinos pequeños no les interesa el Tratado de Libre Comercio de América del Norte ni las exportaciones, sino la autosuficiencia y su mercado local, por lo que deben tener un trato especial, de acuerdo con su economía y región, consideró Miguel Angel Cansino Ventura.
En ese proceso, universidades como la de Chapingo deben acercarse más al campo para proponer una línea de trabajo diferente, dijo el investigador del CIESTAAM Víctor Palacios Muñoz. Si productores, gobierno e investigadores hacen correctamente su trabajo, los problemas se corregirán y la ganadería mexicana seguirá existiendo.
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