CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

Reality show en el recinto de San Lázaro

A nadie sorprendió el veredicto
Y vino la catarsis

EL CADALSO se levantó una noche antes, con todo cuidado para que la sentencia del jurado, que ya había sido dictada, se cumpliera con todo rigor.

COMO ERA de esperar, los panistas trataron de ajustar la soga al cuello del Gobierno del Distrito Federal, con argumentos facilones y esa clásica doble moral con la que juzgan y perdonan, según sus propios intereses, regularmente económicos y políticos, pero casi nunca, o muy pocas veces, verdaderamente jurídicos.

Y COMO también era de esperar, René Bejarano no fue más que el pretexto para que desde la Cámara de Diputados el PRI y el PAN pretendieran torcer la realidad con el fin de proseguir con la andanada en contra del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que continúa siendo, pese a los prolongados y rabiosos ataques, el más alto en las encuestas de aceptación pública.

EMPEZARON LOS panistas Döring y Triana, quienes tuvieron que abandonar el recinto legislativo con la cola entre las patas, uno por tramposo y el otro por ignorante, pero no sin antes declarar públicamente ser enemigos de la corrupción, es decir, de Fox, de Fernández de Cevallos, de Creel y de otros azules.

PERO EL reality show llegó al clímax cuando, dos o tres horas después, el verde Kahwagi, todavía con las huellas del enésimo pleito callejero en el rostro, trató de decir algo en favor del desafuero y en contra del gobierno de la ciudad.

BIEN SABIDO es que la práctica del boxeo afecta el cerebro, es decir, inhibe la capacidad de juicio, el talento y la aptitud para discurrir; les resta reflejos y les impide ser claros al hablar. Hay pruebas científicas que demuestran la muerte de neuronas en quienes sufren golpes en el deporte, pero en el caso de Kahwagi, más que la destrucción aislada de esas neuronas, a causa de la brusquedad de su profesión primaria, parecería que en el cerebro del pugilista, en funciones de legislador, ocurrió una masacre.

TAL VEZ por ello no hubo claridad en sus argumentos, que de pronto acusaba a la "pocurururía" del "Dirito" Federal de no haber cumplido con lo que él mismo entiende por justicia, o lo que alguien le ha dicho que eso significa, y con su obvia falta de afición por la lectura, hizo de su intervención un chilaquil verde.

MIENTRAS, EN la bancada del PRD, Pablo Gómez discutía con Julio Bolvitnik. El economista quería votar en contra del desafuero y Gómez buscaba convencerlo de otra cosa. El asunto se resolvió con una salomónica abstención.

PERO LO que llamó la atención de todos cuantos vieron y escucharon lo que sucedía en San Lázaro, fue la intervención del ex priísta Miguel Angel Yunes, quien con pericia o marrullería, llámele usted como quiera, llevó la discusión, que buscaba ir directo al juicio del quehacer político de López Obrador, a una polémica sobre conocimientos constitucionales y técnicas legislativas.

Y ASI transcurrieron las horas y el tema principal empezó a volverse humo. Bejarano, quien ya había abandonado el recinto legislativo, después de poner en claro que en el proceso habrán de surgir muchas verdades y de dar un baño al fiscal -su amigo- Juan Guillermo Ramos, quien tampoco atinaba a leer con fluidez los argumentos de la parte acusadora, partió rumbo a su casa acompañado de los símbolos de la telecracia: las cámaras y micrófonos que no dejaban de vigilarlo.

AL FINAL, René Bejarano fue desaforado y a nadie sorprendió el veredicto. Lo que viene es lo que seguramente sacará chispas. Por cierto Ƒy Rosario Robles y Ramón Sosamontes?

Caminos sinuosos

El miércoles pasado, a pocas horas de que la Cámara de Diputados retirara el fuero a Bejarano, se reunió un grupo de perredistas y la cabeza de ellos estuvo Cuauhtémoc Cárdenas, después de asistir a la presentación de un libro que recopila las opiniones de académicos y políticos sobre la izquierda en el país.

Dicen que en esa reunión se pusieron los puntos sobre las íes respecto de la participación de Cárdenas en el grupo Metrópoli 2025, que trata de liderar Demetrio Sodi, pero no se sabe con certeza qué fue lo que allí se dijo. Lo único que, por el momento, se comenta entre los perredistas es la preocupación que existe por los caminos que ahora transita el ingeniero.

ciudadperdida 

[email protected] [email protected]