México D.F. Viernes 5 de noviembre de 2004
Con el tiempo encima está en riesgo la
negociación de las principales aerolíneas
Rechaza CFC haber aprobado fusión para venta
de Aeroméxico y Mexicana
Los interesados tendrían que asumir pasivos por
16 mil 585 millones de pesos
VICTOR CARDOSO
La venta de las dos principales aerolíneas del
país, Aeroméxico y Mexicana, se encuentra en el aire y bajo
presión; no obstante, los mercados reaccionaron favorablemente impulsando
las acciones 83 por ciento, sólo en seis días, frente a la
posibilidad de que las dos empresas se fusionen y de que sus subsidiarias
conformen una nueva empresa aérea mexicana.
En busca de que se cumpla la cábala de que la tercera
es la vencida, la Corporación Internacional de Transporte Aéreo
(Cintra) estructuró un esquema de división horizontal para
la venta de sus activos, lo consultó a la Comisión Federal
de Competencia (CFC), pero ésta se deslindó de cualquier
autorización, y aclaró que sólo emitió una
"opinión favorable".
El
trabajo para la venta es a marchas forzadas, pues el Instituto para la
Protección del Ahorro Bancario (IPAB), principal accionista de ese
corporativo controlador de Aeroméxico, Mexicana y otras subsidiarias,
tiene de plazo hasta el 20 de enero de 2005 para desprenderse de los activos
a su cargo producto del rescate bancario, entre ellos, Cintra.
No se vislumbra por el momento que se pueda cumplir el
término establecido en el artículo 13 transitorio de la ley
del IPAB, pues sólo faltan 77 días calendario y la CFC requiere
de 45 para llevar a cabo los análisis de la nueva propuesta para
emitir su fallo.
Más difícil aún parece ser encontrar
uno o varios inversionistas dispuestos a asumir los más de 16 mil
585 millones de pesos que Cintra registra de pasivos y todavía tener
que aportar 4 mil 962 millones de pesos para cubrir el valor total de los
activos por 19 mil 868.4 millones de pesos.
Hace casi un año, Cintra suspendió el último
proceso de restructuración corporativa con la intención de
vender sus activos. El argumento fue "la complicada situación en
la que no existen las condiciones favorables para realizar dicho proceso
de venta". Su esquema se basaba en una división vertical en dos
grupos, Corporación Aeroméxico y Corporación Mexicana
de Aviación, cada una con sus respectivas subsidiarias.
Ahora la decisión se inclinó por una división
horizontal, en la que las dos aerolíneas principales, Aeroméxico
y Mexicana, se fusionarían para atender mayoritariamente el mercado
internacional, mientras que las subsidiarias de ambas, Aerolitoral y Aerocaribe,
unificadas en una sola, se encargarían del segmento nacional para
fortalecer la competencia.
La información sobre el nuevo esquema se liberó,
coincidentemente, con los favorables resultados financieros del tercer
trimestre, en el que se obtuvieron ganancias por mil 474 millones de pesos.
Esta cifra fue suficiente para compensar las pérdidas del primer
semestre del año e incluso alcanzar una utilidad neta de 493 millones
de pesos.
Ambas circunstancias, más el impacto mediático
de una supuesta aprobación del nuevo esquema por parte de la CFC,
se combinaron para que en sólo una semana de operaciones en el mercado
de valores, el precio de las acciones de Cintra se elevaran 83 por ciento,
al pasar de un precio de mercado de 2.7 pesos, a 4.95 el 2 de noviembre
pasado.
Ese movimiento por sí mismo implicó que
las 992 millones 410 mil 436 acciones de la controladora pasaran de 2 mil
679.5 millones de pesos a 4 mil 912 millones.
De alcanzarse ese precio de venta, sería repartido
entre los accionistas de Cintra: IPAB, 46.45 por ciento; BBVA Bancomer,
13.51 por ciento; Hacienda, 10.16; Banco Nacional de México, 9.75;
Scotia Bank Inverlat, 6.21; Nacional Financiera, 3.54 y 10.38 por ciento
colocado entre público inversionista
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