.. |
México D.F. Jueves 7 de octubre de 2004
Hoy debuta en Jalapa y el 9 y el 12 estará
en el Distrito Federal
Tras 60 años de ausencia, el Septeto Habanero
traerá su son a México
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La
Habana, 6 de octubre. El Septeto Habanero, quizás el intérprete
más emblemático del son tradicional cubano, vuelve a México
después de más de 60 años.
¿Por qué después de su exitosa gira
de los años 40 del siglo pasado el grupo no regresó a los
escenarios mexicanos cuando sí estuvieron, en cambio, Benny Moré,
Miguel Matamoros, Rosita Fornés, Dámaso Pérez Prado
o la Sonora Matancera?
"Los ritmos cambiaron", dice a La Jornada Jaime
Gracián, gerente del grupo. "Se puso de moda el cha cha chá
y el mambo y eso coincidió con una transformación del Septeto,
que se volvió conjunto y cambió su dotación, hasta
1984 que volvió a su formato original."
Todos los fundadores de la agrupación ya murieron
y no quedan, siquiera, testimonios a la mano de aquella gira mexicana que
debió realizarse en la segunda mitad de los años 40. El veterano
del Septeto ahora es Pedrito Ibáñez, director, guitarrista,
cantante, arreglista y alma del conjunto a sus 76 años, quien dice
a este diario: "Lo importante es que vamos a encontrarnos con ese público
mexicano que es muy conocedor del son y muy bailador. Vamos dispuestos
a conquistarlo y sé que va a apreciar lo que es el son cubano original".
El Habanero vuelve a México para participar en
el Festival Cervantino, pero tendrá en total 23 conciertos. Debutará
el 7 de octubre en Jalapa y estará en el Distrito Federal (9 y 12
de octubre), Altamira (14), Tampico (16), Ciudad Madero (17), Ciudad Victoria
(18), Río Bravo (19), Matamoros (20), Reynosa (21), Laredo (24),
Tuxtla Gutiérrez (26), San Cristóbal (27), Valle de Bravo
(29) y Apan (30).
Del primero al 7 de noviembre recorrerá Michoacán
(Morelia, Los Reyes, Apatzingán, Lázaro Cárdenas,
Acámbaro) y terminarán el 8 de noviembre en Cuernavaca. "No
podemos más", dice Gracián, "aunque nos están pidiendo".
El plato fuerte será un anticipo del disco que
preparan en homenaje a José Alfredo Jiménez. Los primeros
arreglos soneros (El rey, Si nos dejan y Un mundo raro)
retumbarán en la Alhóndiga de Granaditas el 31 de octubre.
El Habanero es una agrupación histórica,
cuyo desarrollo está estrechamente vinculado con el género
mismo. Por sus filas pasaron Félix Chapottín y Pío
Leyva, entre otros. Fundado en 1920 como sexteto, el conjunto ha mantenido
el timbre tradicional que le dieron sus creadores, Guillermo Castillo y
Gerardo Martínez.
El musicólogo cubano Odilio Urfé considera
que hay dos momentos decisivos en la expansión del son. El primero,
cuando el compositor José Urfé incorpora el ritmo al final
del célebre danzón El bombín de Barreto, a
principios del siglo XX. El segundo es la formación del Septeto
Habanero.
Como se estilaba en la época, el grupo fue adaptando
su dotación a los movimientos que se imponían en el son cubano.
En 1924 cambió la botija (un recipiente de barro que producía
un sonido grave al percutirse) por el contrabajo.
Tres años más tarde incorporó una
trompeta, asumió el formato de siete elementos y atacó las
mutaciones rítmicas del género: guaracha, guaguancó,
afro, guajira, bolero.
El Habanero fue el primer grupo que grabó un son,
La maldita timidez, que llevó el sello de RCA Víctor
y en el medio musical cubano se le reconoce como una referencia que ha
marcado pautas en la forma de ejecutar el ritmo tradicional. Ahora tiene
más de 80 álbumes, con números que remiten al timbre
fundacional: Tres lindas cubanas, Cómo está Miguel,
Papá Montero, Alerta a los bailadores, Mamá
Inés, El Manicero, A la loma de Belén y
Bururú barará, entre decenas.
El regreso a México no es casualidad, dice Gracián.
"Ya están nuestros discos, vuelve a sonar el Septeto, hemos vuelto
al mercado mexicano y ahí tenemos mucha tela de donde cortar."
|